domingo, 27 de octubre de 2013

"Iliada" de Homero. Canto XXII: La muerte de Héctor

Por: Luisa Engelfried Orozco



Después de que Aquiles había acosado y matado a muchos Troyanos, hasta que Janto llamo a Simóis en ayuda y tuvo que parar. Ambos ejércitos se habían puesto en lugar seguro en el campo, cuando Héctor, con esperanza de enfrentar a Aquiles estando solo, permanece frente a Aquiles que volvía de perseguir a Febo. Desde el muro querían detener a Héctor. Vanamente lo intento, porque a Aquiles el pudor y a Héctor el afecto les impedía retirarse de aquel lugar, sin embargo, se le apareció un dios bajo aspecto de hombre, este dios hizo huir a Héctor atemorizado. Aquiles lo persiguió fieramente hasta que dio tres vueltas alrededor de la muralla. Entre tanto Zeus, sintiendo compasión de Héctor, pesó su destino en la balanza y decretó su muerte. Febo abandonó a Héctor al instante y Atenea lo engaño al decirle que contaba con el apoyo de su hermano Deífobo. De esta manera, Héctor toma la fuerza para enfrentarse cara a cara contra Aquiles. Los héroes se unen en un fuerte combate en el que estando en esta Atenea, quien ayuda a Aquiles y se burla de Héctor en su cara. Finalmente, Aquiles, en lo más emocionante de la batalla lo atraviesa con su lanza, le quita todas sus armas y lo insulta, se mancha de humillación, insulta a los suyos y atado a su carro lo arrastra hacia la base naval. Toda la ciudad llora la muerte de su querido Héctor y gritan enfurecidos a sus parientes desde la muralla y Andrómaca es llevada a su casa.

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