domingo, 27 de octubre de 2013

“La Ilíada” por Homero

Por Ale Aguirre
Canto V 




Todo empieza dándole seguimiento a esta lucha de los aqueos que continuaban derrotando a los troyanos enfrente de todos, Idomeo mata a Festo (hijo de Boro), le hirió en el hombro y poco después cayó vencido, fue cubierto por las sombras que lo hicieron desaparecer.
Menelao mata con su aguzada arma a Scamandrio (hábil en la casa, hijo de Strofio) le picó entre ambos hombros por la espalda y le atravesó el pecho.
Meriones mata a fereclo (hijo del carpintero Harmón) meriones lo persiguió y lo alcanzo dándole en el ijar derecho y la punta del arma penetro del hueso hasta la vejiga.
Meges mata a pedeo (hijo de Antenor), Euripilo mata al divino Hipsenor (hijo de Dolopión).
Y así seguía la dura y ruda batalla, y nadie conocía la decisión del Tideida, nadie sabía si estaba a favor de los aqueos o de los troyanos.
 El insigne Diomedes lleno de ferocidad y enojo, por la protección de Palas, retira a Ares de la batalla.
Pero él mismo herido por Pándaro, ataca con mayor  esfuerzo a los enemigos, hasta que mata a Pándaro estando de pie.
 Después peleando desde el carro de Eneas, éste hiere a Eneas que cubría el cuerpo de su amigo, hiere a Afrodita en la mano, pero Iris la saca del combate, Afrodita librada por su hija en el carro de Ares, la lleva al Olimpo, en donde su madre Dione la cobija en su seno y la cuida.
Mientras tanto en la batalla los otros dioses se ríen sin que lo note Apolo, éste libra a Eneas, apartado por Atenea del furor de Diomedes y lo cura recreándolo desde la fortaleza troyana y llama nuevamente a Ares a las filas.
 Ares exhorta a los troyanos para que peleen con fortaleza y entusiasmo. Poco después se presenta ante ellos Eneas, ya curado.
 Ni los aqueos combaten con cobardía y caen muchos de una y otra parte, entre estos Tlepolemo contra Sarpedón, finalmente se alejan poco a poco los aqueos.
 Hera y Atenea desde el Olimpo van en busca de auxilio de éstos que luchaban. Por estas palabras de Hera se enardece nuevamente la masa, pero Diomedes aconsejado y conducido por Atenea, hiere al mismo Ares quien regresa enseguida al Olimpo desde el campo de batalla y ahí sana, siguiéndolo también las diosas. 


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