Por: Francisco Sebastián Figueroa Govea
Desde
un principio, Jasón nunca le juró amor a Medea ni la invito a escaparse,
matando a su hermano y desatando cólera en su pueblo, por lo cual Medea se
construyó una idea propia de lo que ocurría entre ella y Jasón, mientras tanto,
él solo veía a una linda joven cuya pasión era incontrolable y decidió
permanecer a su lado.
Tuvieron
dos hijos, lo cual solo hizo crecer el amor de Medea y fortalecer aún mas su
pensamiento de matrimonio entre los dos, pero Jasón tenía otros planes que no
la incluían, y al ver la oportunidad de hacerse parte de la familia real de
Corintio al casarse con la hija del rey Creonte, Jasón y la princesa organizan
la boda.
Medea,
al ya no formar parte de la vida de Jasón, va a ser desterrada de esa tierra,
pero con la ayuda de Antígona la dejan quedarse un día mas, el tiempo necesario
para convertir todo su amor, en deseo de venganza. Lanza un hechizo sobre un
vestido que muy amablemente les hace a
sus hijos entregarle a la princesa, por lo cual ella se ve obligada a
probárselo. Al hacerlo, comienza a
adherirse a ella el vestido con veneno que arde en su piel y la mata, pero
Creonte, al ver agonizando a su hija, corre y la abraza, sin percatarse del
veneno, también se le adhiere a él, matando a ambos hija y rey.
De
pronto todo ese entorno de amor y celebración, se convierte en venganza y
lechos de muerte, por lo cual la gente del pueblo busca y señala responsables
de aquel acto, Jasón corre a la casa de Medea buscando respuestas, y al llegar,
sin tener la oportunidad de hablar, Medea asesina a sus dos hijos con una daga
afilada y escapa en un carro alado por caballos.
Vemos
como cada personaje tiene una idea distinta sobre el amor, Medea amando locamente
a Jasón, él buscando contraer matrimonio con la princesa de Corintio y el rey,
Creonte, corriendo a la ayuda de su hija, corre a su propia muerte.
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