lunes, 24 de febrero de 2014

Autor: anónimo Tema: avaricia

Por: Galilea
La avaricia en nuestra sociedad se ha convertido en el problema más grave que pudiese existir, por el afán   o deseo desordenado y excesivo de poseer riquezas para atesorarlas.
Los motivos por el cual he elegido este tema son debido a los problemas psicológicos tanto como sociales o personales que causa la avaricia, ya que nos hemos envuelto en una sociedad de carácter muy materialista, muchas veces pensamos de una manera indebida frente a una situación el cual causa un efecto hacia el entorno en el cual nos desarrollamos.
La pregunta aquí es ¿Qué es lo que nos ha llevado a los seres humanos a desear y querer obtener más? La respuesta puede ser simple, pero en mi punto de vista la más lógica, desde la antigüedad los seres humanos siempre hemos querido poder, esa sensación de querer dominar a los demás, al mismo tiempo que con lo que poseas poder hacerte más importante, para ser más específica entre más poder más comodidades y capacidades para dominar lo que te propongas.
Más que un pecado capital, la avaricia es una enfermedad psicológica que puede afectar a personas con problemas de autoestima o los factores mencionados anteriormente. El miedo a la pobreza podría estar enlazado, desde el punto de vista espiritual en estos casos, con la avaricia y en otros con la pereza, dado hay que hay diversos factores que puede causar la avaricia entre ellos está la soledad, que, en ocasiones, por mantener nuestra mente ocupada en el anhelo de obtener más y más no nos damos cuenta que estamos perdiendo demasiado con nuestras actitudes.
Claro está el ejemplo del Santo Grial, en el que Merlín dijo a los caballeros que lo buscaran y así de esta forma se podrían volver inmortales, no cabe duda que los caballeros sin esperar más fueron en su búsqueda donde entra el concepto de avaricia cada uno va muriendo poco a poco, reflexionando acerca de esto, quien es avaricioso busca su propia muerte.
Se puede concluir que el tema expuesto nos lleva hacia un mundo en el cual el ser humano está expuesto a todo tipo de tentaciones, pero sólo nosotros mismos decidimos como controlar nuestros más profundos deseos.
                                                                        Pintura del Rey Arturo por Charles Ernest Butler



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