Por: Luisa Engelfried
Orozco
El poema del Mio Cid es una
historia sobre un caballero, Rodrigo Díaz de Vivar, que sorprendentemente no
muere, en la que primero a pesar de todo lo que ha hecho por su rey, este por un
simple rumor lo destierra de Castilla. Él se va sin pregunta alguna y sus fieles
seguidores se van con él.
Llegan a Burgos y nadie los
recibe por órdenes del rey, a la noche siguiente Martín Antolínes los ayuda y
juntos idean un plan para seguir con su aventura. Deciden engañar a unos judíos,
Raquel y Vidas, para que les den dinero.
El Cid regresa a Castilla a
despedirse de su esposa y de sus hijas, también les deja un dinero para que nos
les haga falta nada y promete regresar a casarlas.
Va a Zaragosa y conquista
Alcocer, le envía 30 caballos al rey Alfonso como símbolo de su lealtad, este
los recibe pero no perdona al Cid.
En Barcelona derrota al
Conde y así va conquistando terrenos hasta que llegar a Valencia y después de 3
años la conquista. El rey perdona al Cid.
Mi punto aquí es, porque el
Cid siguió siéndole fiel al rey después de que este le había quitado todo lo
que tenía y lo hizo abandonar a su familia. El Cid seguía enviándole los tesoros
que encontraba en las tierras que conquistaba.
El rey lo perdono hasta que
conquisto Valencia, un territorio que a él le interesaba, pero desde un
principio el Cid no le había traído más que riquezas y terrenos, ¿Porque por un
simple rumor dejar ir a tu campeón?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario