"Tristan e Isolda" de Anónimo: Destino y Equivocaciones.

Por: Francisco Sebastián Figueroa Govea

En la historia de Tristán e Isolda, hay una enorme confusión, error, o tal vez, hasta el destino jugo parte en los eventos. Pues cuando Tristán vence a Morold, un Irlandés con quien el rey Mark (tío de Tristán) le tenía una deuda de 100 doncellas por año, Tristán queda gravemente herido y tras navegar varias horas, se encuentra con Isolda la Rubia, curadora y mágica en la medicina tal como su madre. Esta le cura y se van por caminos diferentes, cuando Mark le pide a su sobrino que le despose a una doncella, Tristán escoge a Isolda la Rubia, quien una vez lo curó para ser esposa del rey.

La primera prueba que tuvo que pasar Mark fue vencer a una serpiente que atormentaba Irlanda, pero Isolda no lo tomó bien y le quiso hacer tomar una poción de Muerte a Tristán, solo que una camarera cometió el error de mezclar y mover las pociones, y con ese movimiento, Isolda bebió junto con Tristán una poción de amor eterno.

Instantáneamente Tristán e Isolda se enamoraron, pero eso no impidió la boda del rey Mark y de Isolda la curadora.

Desde ese momento Isolda y Tristán siguen enamorados locamente y una vez que el rey se da cuenta los destierra, acabando con la conexión entre tío-sobrino, y los manda al bosque a vivir, pero un día los ve con la espada de Tristán entre ellos en la cama y el recapacita sobre la fidelidad de su esposa y la acepta nuevamente.

Tristán se ve junto a otra mujer que conoce, Isolda de las Manos Blancas, y se casan, pero su amor por la Rubia sigue latente y una vez que es herido nuevamente muere en la espera de que Isolda la Rubia llegue a su rescate.

Esta es una historia de amor verdadero, que aunque haya sido gracias a una pócima, muestra la entrega carnal y espiritual que se tiene entre dos almas enamoradas. Llegan incluso a destruir generaciones de familias como la de Mark y Tristán, los cuales eran unidos, pero también demuestra la casualidad de las cosas, como pasan por alguna razón e incluso se le puede llamar destino, el que se cumplió cuando Isolda y Tristán caen enormemente enamorados.