Asturias nació y se crío en Guatemala, aunque vivió una parte importante de su vida adulta en el extranjero. Durante su primera estancia en París, en la década de los años 1920, estudió antropología y mitología indígena. Algunos científicos lo consideran el primer novelista latinoamericano en mostrar cómo el estudio de la antropología y de la lingüística podía influir en la literatura.1 En París, Asturias también se asoció con el movimiento surrealista. Se le atribuye la introducción de muchas características del estilo modernista en las letras latinoamericanas. Como tal, fue un importante precursor del boom latinoamericano de los años 1960 y 1970.
En El señor presidente, una de sus novelas más famosas, Asturias describe la vida bajo la dictadura despiadada del licenciado Manuel Estrada Cabrera, quien gobernó a Guatemala entre 1898 y 1920. Su oposición pública a la tiranía lo llevó al exilio, por lo que tuvo que pasar gran parte de su vida en el extranjero, sobre todo en América del Sur y Europa. El libro Hombres de maíz, que se describe a veces como su obra maestra, es una defensa de lacultura maya. Asturias sintetiza su amplio conocimiento de las creencias mayas con sus convicciones políticas para canalizar ambas hacia una vida de compromiso y solidaridad. Su obra es a menudo identificada con las aspiraciones sociales y morales de la población guatemalteca.
Tras décadas de exilio y marginación, Asturias finalmente obtuvo amplio renombre en los años 1960. En 1965 ganó el Premio Lenin de la Paz de la Unión Soviética. Luego en 1967 recibió el Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose así en el tercer autor americano no estadounidense en recibir este honor (tras Gabriela Mistral en 1945 y Saint-John Perse en 1960) y el segundo latinoamericano. Asturias pasó sus últimos años en Madrid, donde murió a la edad de 74 años. Fue enterrado en el cementerio de Père Lachaise en París.
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