Por:
Paulina Navarro Montenegro
Es
muy importante la descendencia para los hombres: cuando sus mujeres son
estériles, ruegan y suplican a Dios que les dé hijos, cuando Yavé dará obsequios
y bienes a los hombres, lo más preciado es la descendencia. Que Estos hombres
puedan multiplicarse con una o varias esposas hasta lograr que su semilla se
esparza por el mundo y muchos pueblos salgan de él.
Hay
varias partes del Génesis donde se explica con lujo de detalle el árbol
genealógico de cada hombre que nació después de Adán, todos los hombres adorar
con vehemencia a su hijo primogénito, en ocasiones hasta sin importarle ningún
otro más que éste, el primero.
Cuando
Abram no puede tener hijos con su esposa Saray dado a que ésta es infértil, el
deseo de que el hombre logre satisfacer su deseo de tener hijos es tan grande
que su esposa le entrega a su sirvienta
Agar para que la embarace y la descendencia de Abram no muera. Es como
si al no tener hijos, la esencia y huella de Abram en el mundo desapareciese.
Cuando
Lot sale huyendo de su pueblo junto con su esposa e hijas vírgenes a causa de
la destrucción que la villa iba a sufrir, al mismo tiempo en que ya era viejo,
y justo después de perder a su esposa que al mirar hacia atrás y desobedecer
las órdenes de Yavé queda convertida en una estatua de sal, las hijas le dan de
tomar vino hasta el punto de embriagar al viejo para que éste duerma
profundamente y ellas puedan acostarse con él para embarazarse de su padre y
crear descendencia para poblar muchos pueblos fuertes, príncipes y reyes.
Probablemente
mi mente es tan pequeña que aún no me deja asimilar primero, el hecho de
necesitar tener descendientes como si el no hacerlo fuera signo de maldición y
en segundo, que las hijas embriaguen a su padre para usar su semilla y
reproducirse. Probablemente lo estoy tomando muy literal, y, probablemente no
sea así.
Originalidad, claridad, concisión. Excelente.
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