lunes, 2 de diciembre de 2013

“El asno de oro (Eros y Psique)” de Apuleyo: Razón y Pasión.

Por: Paulina Navarro Montenegro

Este es el mito de la historia de amor de Eros, hijo de Afrodita, que después en la literatura latina sería cupido, y Psique, una mortal tan hermosa que era comparada con la diosa Afrodita, y esto no tenía contenta a la diosa: ¿cómo podría una mortal estar a su nivel? Para evitar que la alabanza del pueblo a Psique continuara, Afrodita, madre de Eros planeó una forma de deshacerse de ella.

El rapto de Psique de William A. Bouguereau
A pesar de poseer una gran belleza, Psique, la menor de tres hijas, no lograba encontrar un hombre para casarse, así que sus padres a causa de la preocupación que los embargaba, fueron a consultar un oráculo, y la respuesta que recibieron fue el destino que Afrodita quería para ella: una vida solitaria en una montaña hasta su pronta muerte sería la solución. Eros estaba al tanto de este hecho, pero no pudo evitar enamorarse de ella: El amor, enamorado de una idea. Desobedeciendo a su madre, tomó a Psique de la montaña con ayuda del viento y la llevó a vivir a su palacio.

Por supuesto que él al ser un dios, y más aún, un dios que traicionaba los deseos de su madre, no le revelaría su identidad a su amada, esta era la razón por la cual él y Psique solo practicaban su amor por las noches, cuando ella no podía verle, tan solo era capaz de escucharle y sentirle. Eros le advirtió que si alguna vez intentaba ver su rostro, sería la última vez que lo haría, porque él desaparecería.

Por otro lado, las hermanas de Psique se enteraron de lo sucedido y fueron a la montaña en busca de su hermana pequeña preocupadas y tristes. Eros le había advertido a Psique sobre este suceso, pero por el cariño que sentía hacia sus hermanas, le rogó a su esposo que las llevara al palacio tal y como lo hizo con ella para poder ver a su familia. El profundo amor que Eros le tenía a la chica le impidió negarse, y así fue como las hermanas vieron todas las delicias entre las que Psique vivía y su tristeza y preocupación se transformó en envidia.

Esta parte de la historia nos recuerda y nos hace reflexionar sobre la naturaleza humana, o más bien dicho, sobre la naturaleza femenina: en vez de sentirse complacidas por hallar a Psique teniendo una buena vida, encontraron injusto el hecho de no estar en las mismas condiciones que ella. Con los corazones encendidos por este sentimiento, convencieron a Psique de que debería ver el rostro de su esposo para no ser engañada y asegurarse de con quien compartía la cama cada noche.

Psique, influenciada por sus hermanas, y a pesar de las advertencias de su esposo, una noche, mientras éste dormía, tomó una lámpara de aceite, y la acercó a él para observarlo. Cuando vio su hermosura y mientras lo admiraba y besaba, una gota de aceite caliente cayó en su hombro y lo despertó. Eros se sintió ofendido y traicionado, en ese mismo momento se marchó, dejando a Psique suplicando su estadía. 

La gota de aceite representa la culpa y la traición, inesperada, como si la misma lámpara fuera mala, sintiera envidia y hubiera aprovechado el momento para derramar una pequeña gota que cayera en la piel de Eros y lo despertase.

Psique contempla a Eros sosteniendo una lámpara de aceite.
Escultura de Reinhold Begas (1831-1911)
Psique es la razón y Eros, la pasión, la razón no se dejó llevar por la pasión y busco la forma de comprobar el amor, lo que hizo Psique fue observarlo de cerca con una lámpara, y al pasar esto, el amor se acabó… Eros se fue.

Eros regresó con su madre mientras curaba su herida en el hombro, y Psique caminó por todo el mundo buscándolo. Después de un largo viaje, se enteró de que Afrodita la buscaba, y dándose por vencida y con la esperanza de encontrar a su esposo donde su madre, se dirigió a donde la diosa enfurecida la esperaba. Afrodita sabía del amor que Psique sentía por su hijo, y para comprobarlo, le puso los más duros desafíos: separar un montón de semillas antes del anochecer, obtener lana de oro de entre muchas ovejas peligrosas, recoger agua de un manantial imposible de alcanzar y por último, y el más duro de todos, ir al hades para pedirle a Proserpina un poco de belleza y entregársela a la diosa.


Después de una larga aventura, Psique regresó con una cajita que contenía belleza, pero claro, al ser Psique, la razón, sintió curiosidad por el contenido de la cajita y se atrevió a abrirla. Hubiera muerto, si no hubiera sido por Eros que en ese momento llegó a su rescate, él seguía enamorado de ella, así como ella de él, además de que tenía la semilla de éste en su vientre. Tuvieron un enlace legal y un banquete con la aprobación de Afrodita y los demás dioses y nació una niña a la que llamaron voluptuosidad. 

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