lunes, 9 de diciembre de 2013

“El Infierno” de Dante.


Por: Francisco Sebastián Figueroa Govea.


El viaje de Dante comienza con una visión que tiene sobre él parado en lo profundo de un bosque obscuro, en donde la soledad y el silencio abundad y se notan sombras por doquier. Tras la primera noche, visualiza un monte al fondo, se decide ir hasta el para estar en terrenos más altos y saber en dónde se encuentra, pero al llegar a la colina, una pantera se le aparece en el frente impidiéndole seguir, por un lado un león y por el único camino restante, una loba.
La pantera simboliza el pecado de la lujuria, que con la rapidez del animal nos invade el cuerpo, el león, con la cabeza en alto, significa la soberbia, el desprecio al prójimo y el orgullo, y por último la loba simboliza la avaricia y la codicia que se puede relacionar con los fundadores de Roma, Rómulo y Remo, quienes fueron amamantados por una loba al nacer.
Dante decide no interferir con las bestias y se ve obligado a adentrarse en el bosque una vez más, ya dentro de él, y muriendo del miedo y de la soledad, es capaz de distinguir una sombra en el bosque, cuando se acerca, ve que es Virgilio, a quien considera como su mentor, ya que sus obras lo inspiraron a él a convertirse en poeta y en interesarse por el mundo de las letras. Virgilio le explica como Beatriz, desde el limbo le pide a Virgilio que vaya a rescatar a Dante de las bestias, y lo guía hasta ella en el paraíso. Dante rompe en llanto al saber de nuevo de su amada, y decide seguir a Virgilio hasta ella. El poeta romano le explica a Dante que el viaje no será nada sencillo, y que para poder hacerlo tendrá que tener ningún miedo al entrar al infierno, luego pasar por el purgatorio y finalmente llegar al paraíso.
Ambos salen del bosque y llegan a las puertas del Infierno, en donde lee una escritura grabada en la piedra, en la que dice que para pasar por allí, tendrá que dejara a un lado la esperanza si entraría al infierno.
Virgilio le dijo que no temiera y que se despojara de sus miedos, tomó su mano y atravesaron la puerta. En seguida se escucharon infinidades de suspiros, quejas y gemidos. Dante no pudo contener el llanto, y veía a todos los espíritus diciendo cosas terribles y llenas de cólera, quienes iban persiguiendo una bandera, eran las banderas de los indiferentes, los perezoso, los indolentes que no se inclinaron ni al mal ni al bien, y la bandera significaba la vida de ellos, quienes no tenían objetos determinados ni objetivos claros. Ahí se encuentra al Papa Celestino V, quien no cumplió bien su puesto, lleno de pereza.

Cuando lo pasaron, siguieron hasta la orilla del rió, en donde habían varias almas esperando la barca, su conductor era Caronte, de aspecto viejo, y su misión era conducir infinitamente la barca una vez y otra a través del rio, y él se burlaba de las almas a quienes conducía, y cuando Caronte se dio cuenta de que Dante no era un alma, Virgilio tuvo que cesar la cólera de Caronte, y lo aceptó el barquero. Una vez siendo trasportado por Caronte, Dante se desmayó por una de las grandes tormentas rojizas que había cerca. Y cuando despertó  ya no estaba en el río, sino que estaba al lado de un abismo que rodeaba el Infierno, estaba en el Limbo.
Allí habitaba Virgilio, en el limbo se encuentras las personas que tuvieron una vida simple y sin pecados, pero al no ser bautizados, no puedes disfrutar del cielo, ni sufrir los castigos del infierno, en el Limbo, se encontró a 4 sombras que estaba allí, eran los más grandes poetas, Homero, Horacio, Ovidio y Lucano, estaban hablando con Virgilio, y después lo presentó a los poetas, y después de conversar un largo rato, y también se encontró a Platón y Aristóteles, gente sabía que estaba allí por siempre, y después de despedirse, emprendieron la marcha y siguieron avanzando.
Luego llegaron al segundo círculo del infierno, era más pequeño, pero con más dolor que el primero, en la entrada, vieron a Minos, el antiguo rey de Creta, quien les indicaba su lugar en el infierno, y después de que  Virgilio le explicara, nos dio paso a la obscuridad, ahí se encontraban los lujuriosos, todos aquellos que se dejaron arrebatar por sus deseos carnales, su castigo era ser levantados y tirados una y otra vez por tornados que nunca paraban, el tornado simbolizaba la pasión de los lujuriosos y el deseo, en él, se encontró con Helena de Troya y con Cleopatra. Vio también a Paolo y a Francesca, quienes fueron amantes y Francesa decidió amar a Paolo sobre su hermano con quien estaba casada, por eso, se encontraba en el primer círculo.
Llegaron después al tercer círculo, en donde se castigaba a los glotones, allí, su castigo era proporcional a sus penas, estaban sumergidos hasta la mitad en una especie de barro y con una lluvia pesada que nunca cesaría, y eran devorados una y otra vez por Cerbero, un perro de 3 cabezas. En donde el perro devorándolos significaba la gula de los glotones comiendo y comiendo sin parar, pues ahora, serian devorados como la comida que ellos tuvieron. Cruzaron este írculo intentando no hacer enojar a Cerbero. Y pasaron sin problemas
Estaban ya en el cuarto círculo, en él, se encuentran los Pródigos y los Avaros, son aquellos que derrochan el dinero y los que no lo dan. Vieron como se dividían en dos bandos, y primero un bando tenía que cargar una gruesa piedra hasta el otro extremo, y entonces, el otro grupo lo cargaba de regreso hasta la eternidad. Tener que compartir la piedra significaba la avaricia que tuvieron y los pródigos que dieron de más.
Una vez en el quinto círculo, vieron que iban a tener que cruzar el Estigia, un rio obscuro y fangoso en el cual yacían las almas que se habían dejado llevar por la cólera, en él se peleaban unas con otras y se desgarraban la piel con dientes y uñas. Eran los iracundos. Una vez en la barca, una alma le advirtió al barquero de la presencia de Dante, pero después de que Virgilio le explicara su viaje lo dejaría viajar, el alma, Felipe Argenti, se enojó y se lanzó en contra de Dante, pero Virgilio lo percibió y rechazó al alma, una vez que cayó en el río, se desgarró con sus propios dientes. Por fin llegaron al final del río, a las afuera de Dite.
En Dite se encontraban los últimos círculos del infierno, pero las puertas estaban cerradas, y los demonios no as iban a abrir para ellos, entonces Dante miró hacia una de las torres que estaban alrededor de la ciudad, y vio 3 horrendas mujeres riéndose de ellos, las gorgonas. Entre ellas estaba medusa, y Virgilio le tapo los ojos a Dante para que no la viera, salvando su vida de nuevo.
Y entonces ocurrió un milagro, un ángel llegó y tocó la puerta, todas as almas huyeron aterrorizadas, y el ángel se fue por donde llegó. Ya tenían acceso a la ciudad. 
Llegaron al sexto círculo, había tumbas ardiendo en fuego, ahí se castigaba a los herejes, pero no se detuvieron mucho tiempo y un centauro los guio hacia los Giros del siguiente círculo. Y llegaron al séptimo círculo, en él, las almas tenían que rondar en un rio de sangre hirviente y espesa mientras miles de centauros le lanzaban flechas a los cuerpos, haciéndoles casi imposible moverse, así se les castigaba a los violentos contra el prójimo y 3 al ver a los viajeros los quisieron atacar, pero Virgilio les hablo y les pidió consejos sobre el camino. Más adelante llegaron a un bosque sin vida, en el cual solo había árboles secos y desérticos con espinas y sin ningún fruto, Virgilio le ordeno a Dante que arrancara una rama del árbol cercano a ellos, y cuando lo hizo, el árbol comenzó a sangrar, y se dio cuenta de que eran personas. Así se les castigaba a los que habían sido violentos consigo mismo, con los suicidas. Había un suicida florentino con el que platico de la vida, y poco después partieron al tercer Giro del séptimo círculo. Pasaron al 3er giro, y en él estaban los violentos contra Dios y la naturaleza, ahí estaban las almas caminando o corriendo con una tormenta de fuego cayendo sobre ellos, pero era inútil apartar los copos de sangre se sus cuerpos, y un alma lo tomo de las ropas, era su maestro en vida, Brunneto.  Ellos hablaron y Dante recordó como en vida, su maestro de quejaba con Dios de como lo había tratado y de la vida que le había puesto. Y entonces dejaron la llanura.
Llegaron al octavo círculo, y allí estaba Gerión, esa bestia los conduciría por ese círculo.
Cuando bajaron por las Fosas del octavo círculo iban viendo castigos inimaginables y que cada vez eran peor, en la fosa 1, estaban los rufianes y los seductores, en esta fosa se les castigaba con latigazos propiciados por cornudos demonios, y cuando sanaban los volvían a lastimar, y tenían los cuerpos desnudos, esto simbolizaba mercimonio que hicieron en vida.
En la segunda fosa, se encuentran los aduladores, a ellos los tienen inmersos en excremento humano debido a las palabras falsas y la obscenidad moral de sus pecados.
En la tercera fosa están los Simoniacos, quienes hicieron alusión de los bienes espirituales y lo aprovechaban para venderlo, ellos están de revés en agujeros y solo se les ven los pies de los cuales les queman llamas ardientes, esto es por la llama que se refiere al Espíritu Santo que cayó de cabeza sobre los apóstoles y María.
Pasaron a la cuarta fosa, allí se castiga a los adivinos y a los magos, quienes son condenados a caminar con la cabeza distorsionada hacia atrás, por el pretexto de poder ver el futuro quienes ahora solo podrán ver hacia atrás, reflejado en el pasado.
Luego llegaron a la quinta fosa, se encuentran los estafadores, quienes en castigo por su vida de engaños y robo, están sumergidos en brea hirviente y cundo intentan salir de ella, son lastimados con un gancho por diablos de nombre Malebrache. Esto hace referencia a la manera en como engañaron a las personas de sus pueblos.
En la sexta fosa, están los hipócritas, quienes por su vida de mentiras y aparentar otras cosas, en castigo tienen que cargar con una capa de plomo dorada en su exterior que la hace parecer de oro quienes por su peso, se ven obligados a caminar encorvados sin poder alzarse. Mostrando sus ganas de que la gente los vea de otra manera con esa capa de “oro” que en realidad es de plomo y los lastima hasta doblarse.
En la séptima fosa, se castiga a los ladrones, quienes tienen que andar entre serpientes sufriendo de sus mordeduras con las manos atadas por ellas también, representando el delito y con que lo hacían al robar, y la serpiente es el símbolo perfecto para el demonio como en el Génesis que engaña a Eva y Adán.
Pasan entonces a la octava fosa, una de las ultimas, en las que se castigan a los consejeros fraudulentos, y por esa razón sus lenguas y sus cuerpos arden en llamas haciéndoles difícil el hablar y moverse, y se nota en la plática que tiene Ulises con Dante, y se les castiga así porque sus lenguas son lo que usaron para engañas a sus víctimas y mal aconsejarlas.
Llegan a la novena fosa y ahí ven como castigan a los sembradores de discordia. Son todos aquellos responsables de las guerras civiles, cismas o en general para las peleas entre hombres y familias. A ellos se les castiga con un demonio que los mutila y les hace heridas que tan pronto curan, les vuelve a abrir. En signo del mal que plantaron en las personas.
Por fin, llegan a la décima fosa, en esta, están los falsificadores. Todas aquellas personas que falsificaron cosas, personas, dinero o palabras de alguien más. Sufren de enfermedades horribles que les deformas, los falsificadores de cosas tienen lepra, de personas tienen rabia, de monedas tienen hidropesía y de las palabras tienen fiebre. Estas enfermedades están al máximo y les provocan desfiguraciones, así como las que ellos causaron en su vida.
 Llegaron al noveno círculo, y había una inmensa niebla, por lo cual lo único que Dante podía ver eran unas torres enormes, pero Virgilio lo sacó de su error, eran gigantes, y uno de ellos los llevó en sus manos hasta las zonas del mismo círculo, el gigante los dejó en Caina.
Caina, llamada así por Caín, quien mató a su hermano Abel. Esta zona era para los traidores a la familia (allegados), en éste lugar había un río congelado en el que las almas estaban sumergidas y congeladas hasta la mitad de la cabeza viendo hacia abajo.
Después pasaron a Antenora, llamada así por el troyano Antenor, que traiciono a su ciudad, y ahí yacían los traidores a su patria. Sumergidos hasta la mitad de la cabeza viendo  hacia arriba.
Pasaron a Tolomea, este lugar se llamaba así por Tolomeo, quien traiciono al huésped Sexto Pompeyo. Aquí estaban los traidores a los huéspedes, con la cabeza echada hacia atrás para que se les congelen las lágrimas de los ojos, evitando su pena.
La última parada, fue Judeca, ahí estaban los grandes traidores, llamada así por Judas que traicionó a Jesús, benefactor de la humanidad. Ellos están plenamente hundidos en el hielo pero en posiciones que los deforman. Por ejemplo una boca abajo, otra boca arriba, otros con los pies hacia arriba y otros con forma de arco. Los que estaban boca abajo habían traicionado a sus inferiores, los boca arriba a sus superiores y los que estaban con los pies arriba a sus súbditos, los encorvados habían traicionado a ambos.
Y entonces, tras su largo e increíble viaje, llegaron a los pies de Lucifer. 

En el último canto, narra Dante como con el miedo enorme que sentía, ven como Lucifer, rey del Infierno, mastica en sus tres bocas a Judas, Bruto y a Casio. Y tras trepas por los espesos pelos de Lucifer, logran pasar sobre él y vuelven a ver las estrellas del otro lado del mundo, y llegan al purgatorio. 






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