Por: Galilea
El poema se ordena en
función del simbolismo del número tres, que evoca la Trinidad Sagrada, el
Padre, el Hijo y Espíritu Santo, el equilibrio y la estabilidad, y el
triángulo. El poema cuenta con tres personajes principales, Dante, que
personifica a la humanidad, Beatriz, que personifica la Fe, y Virgilio, que
hace otro tanto con la razón.
Según muchas religiones, el
infierno es el lugar donde, después de
la muerte, son torturadas eternamente las almas de los pecadores. Es
equivalente al Tártaro de la mitología griega, y al Inframundo de las
religiones paganas.
La primera parte narra el
descenso de Dante al Infierno, acompañado por el poeta Virgilio, autor de la
Eneida, a quien Dante admiraba. Acompañado por su maestro y guía, describe al
infierno que tenía una forma de un cono con la punta hacia abajo y los nueve
círculos que poseía en los que los condenados son sometidos a castigo, según la
gravedad de los pecados cometidos en vida, hasta el último círculo para los
traidores. Dante describe que había una especie de palacio en el cual se
hallaban los que traicionaban a sus bienhechores y allí se encontraba Lucifer.
Él lo describe como un demonio de tres cabezas y dentro de la boca de la
principal se hallaba Judas, al cual mordía con sus filosos colmillos como un
juguete, mientras este gritaba de dolor.
Dante encuentra en el
Infierno a muchos personajes antiguos, pero también de su época, y cada uno de
ellos narra su historia brevemente a cambio de que Dante prometa mantener vivo
su recuerdo en el mundo; cada castigo se ajusta a la naturaleza de su falta y
se repite eternamente. Es particularmente recordada la historia de Paolo y
Francesca, amantes adúlteros que se conocieron al leer en el libro de
Lanzarote, los amores de la reina Ginebra y esta persona, que fue motivo de
inspiración y homenaje por poetas románticos y contemporáneos, así como la
historia del conde Ugolino da Pisa, el último viaje de Ulises, tránsito por el
bosque de los suicidas, la travesía del desierto donde llueve el fuego y la
llanura de hielo de los traidores, estos últimos, considerados los peores
pecadores entre todos.
A CONTINUACION DESCRIBIRÉ
LOS 9 CIRCULOS DEL INFIERNO
PRIMER CÍRCULO
Se trata del Limbo: en él se
encuentran las personas que, no habiendo recibido el bautismo y siendo que
nacieron privados de la fe, no pueden disfrutar de la visión de Dios, pero no
son castigados por algún pecado (por eso es llamado también anteinfierno). Su
condición ultraterrena tiene muchos puntos de contacto con la concepción
clásica de los Campos Elíseos.
Pero según la doctrina
cristiana algunas almas pudieron salir del Limbo y acceder al Paraíso: se trata
de hecho de los grandes Padres, como Adán, Abel, Noé, Moisés, Abraham, David,
Isaac, Jacobo, Raquel y muchos otros.
Se encuentran aquí: Homero,
Horacio, Ovidio, Lucano, Electra, Héctor, Eneas, Julio César, Camila,
Pentesilea, Latino, Lavinia, Bruto, Lucrecia, Julia, Marcia, Aristóteles,
Sócrates, Platón, Demócrito, Diógenes de Sinope, Anaxágoras, Tales de Mileto,
Empédocles, Heraclito, Zenón, Dioscórides, Orfeo, Cicerón, Lino, Séneca,
Euclides, Ptolomeo, Hipócrates, Avicena, Galeno.
SEGUNDO CÍRCULO
En el segundo círculo están castigados
los pecadores incontinentes y en particular los lujuriosos: ellos son empujados
por el aire, vencidos por la tormenta infernal, evidente contrapaso de la pasión que los abrumó en vida.
Están castigados aqui:
Semiramide, Dido, Cleopatra, Helena, Aquiles, Paris, Tristán, Paolo Malatesta y
Francesca de Rimini.
TERCER CIRCULO
En el tercer círculo, Dante
y Virgilio continúan encontrando pecados incontinentes, en particular golosos:
ellos están inmersos en el fango, bajo una lluvia incesante de granizo y nieve,
y golpeados por Cerbero, guardián de todos los ínferos según la mitología
clásica pero aquí relegado a guardián de solo el tercer círculo.
El contrapaso es más
complejo respecto al anterior círculo pero se puede ver igual: en el fango en
el cual están obligados a arrastrarse en el uso refinado que hicieron en vida
en el sentido del gusto del guardián que
los maltrata, un reflejo de la avidez y la codicia.
Aquí está castigado Ciacco.
CÍRCULO CUATRO
Los pecadores del cuarto
círculo son los avaros y los pródigos, condenados a empujar enormes pesos,
divididos en dos grupos que cuando se encuentran se injurian: la grandeza del
peso que los oprime simboliza la cantidad de bienes terrenales que acumularon o
gastaron, dedicándose enteramente a esto en vida.
El guardián del círculo es
Pluto, dios de la riqueza.
QUINTO CIRCULO.
Este círculo es el último en
el cual se encuentran pecadores, aquí están los iracundos y los perezosos, los
primeros inmersos y los segundos sumergidos en el pantano del Estige. Los
primeros estuvieron inmersos en el fango de su propia rabia, y ahora se golpean
y se injurian eternamente, mientras los segundos gastaron su vida en la
inmovilidad del espíritu, y por eso están hundidos, privados de aire.
SEXTO CÍRCULO
El sexto círculo está dentro
de los muros de la ciudad de Dite, en la mitología homónimo de Plutón, y acá
vigilada por una multitud de diablos y por las Furias o Erinias ellas son tres:
Megera, Alecto y Tisífone, y son las diosas de la venganza, que personifican el
remordimiento por un delito cumplido que perseguía al criminal. Aquí son
castigados los herejes, en sepulcros de llamas.
SEPTIMO CIRCULO
El custodio del círculo es
el Minotauro, que representa la «loca bestialidad», es decir la violencia que
equipara los hombres a las bestias. Aquí son castigados los violentos,
divididos en tres grandes giros:
Primer giro
Los violentos contra el
prójimo, es decir los homicidas y los criminales, tiranos, violadores y
bandidos, son inmersos en el Flegetonte, río de sangre hirviente que simboliza
la sangre que tiraron en vida, y son atormentados por los centauros, que
también representan la violencia y la fuerza bestial.
Segundo giro
Los violentos contra si
mismos están divididos en dos categorías distintas por la diversidad de sus
penas: los suicidas son transformados en árboles por haber querido
voluntariamente renunciar a su naturaleza humana, y de hecho no podrán nunca
recuperarla: el día del Juicio Final, cuando condenados y benditos tomarán sus
cuerpos para sufrir y gozar en modo más intenso, los suicidas se limitarán a
colgar a las ramas del propio árbol el cuerpo recuperado. Ellos son además
castigados por las Harpías, criaturas mitológicas con cuerpo de pájaro y cara
de mujer.
TERCER GIRO
Los violentos contra Dios,
la naturaleza y el arte son, de hecho, divididos en tres grupos: los blasfemos
de nuevo en la arena ardiente, inmóvil bajo una incesante lluvia de fuego; sodomitas
lugar funcionar continuamente bajo el fuego, y, finalmente, los prestamistas está
sentado en la lluvia de fuego. Existe una guardia para este grupo en específico,
hay un guardián del séptimo círculo completo, es decir, el Minotauro.
OCTAVO CIRCULO
Castiga a los pecadores que
usaron la malicia, pero esta vez en modo fraudulento contra los que no son de
confianza.
Fosa 1:- Rufianes y
seductores
Fosa 2.- Aduladores
Fosa 3.- Simoniacos
Fosa 4.- Magos y adivinos
Fosa 5.- Estafadores
Fosa 6.- Hipócritas
Fosa 7.- Ladrones
Fosa 8.- Consejeros y Fraudulentos.
Fosa 9 .- Sembradores de discordia.
NOVENO CIRCULO
Se encuentran los traidores
y soberbios y está formado por un enorme lago de hielo llamado Cocito, ya que
el viento causado por el movimiento de las alas de Lucifer. Aquí se castiga a
los traidores que le de confianza, simbolizada por la frialdad de hielo, frío
como lo fueron sus corazones y sus mentes urdimbre pecado, en oposición a la
caridad, que tradicionalmente simbolizado por el fuego.
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