Por:
Montserrat Mendoza Martínez
“La
asamblea de mujeres” es una comedia escrita por Aristófanes probablemente en el
año 392 a. C. En esta pieza, Aristófanes desarrolla la historia de un grupo de
mujeres, que se disfrazan de hombres para convencer a los varones del pueblo
que las mujeres deben estar a cargo del gobierno.
Ya
que todos aceptan la nueva idea, las mujeres ponen manos a la obra y cambian el
sistema a una especie de comunismo en la ciudad
de la misma forma que si fuera su propia casa. Estas
ideas revolucionarias crean situaciones graciosas.
Los
bienes deben ser de todos, tanto el pobre tiene lo mismo que el rico y el rico
lo mismo que el pobre. Las mujeres sustituyen los puestos de sus maridos y en
el caso de que un hombre quiera andar con una dama atractiva, antes tendrá que
salir con la fea o vieja.
Todo
este movimiento popular de mujeres fue liderado por Praxágora,
la protagonista de la historia. Pero… ¿Qué es lo que la hacía especial de las
otras mujeres?
Praxágora sabía hablar, ella sabía de oratoria. Definitivamente
la generala contaba con estas virtudes, incluso las mujeres le decían:
¡Dulcísima y habilísima Praxágora! ¿En dónde, desdichada, pudiste aprender a hablar
tan bello? ¡Eres diestra y sabia!
La razón fue porque en un tiempo ella acompañó a su esposo a
habitar cerca de Pnix, allí aprendió a hablar oyendo a los oradores.
Me parece que la oratoria es un instrumento fundamental para
alcanzar prestigio y poder político. La oratoria es el arte de la palabra, es
decir, el saber hablar con el fin de atrapar e interesar al oyente. No sólo
implica saber usar las palabras, sino también saber expresarse, saber usar la
entonación adecuada para que lo que se dice llegue a toda la audiencia.
Una
oradora como ella tiene el poder en sus labios. Una idea en su mente se
convierte en una realidad aceptable para su público.
Esta
comedia, aparte de divertida, también habla desde el contexto de una fémina,
pero sobre todo causa valor a las mujeres para apropiarse del poder y sustituir
a los hombres en el gobierno de su
ciudad.
Anonimo
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