Por:
Alanis
El cantar
de Mio Cid se basa en la historia del personaje principal, Rodrigo Díaz, mejor
conocido como el cid campeador. Narra su vida y en como en el primer cantar es
desterrado de castilla por el rey Alfonso.
Como
lo eh comentado el cid campeador es expulsado por el rey Alfonso dejando atrás a
su esposa e hijas. El cid con tan solo querer ver nuevamente a su familia se
une a una campaña militar junto con sus fieles. Al pasar esto, toda victoria que
logran tener es mandada a presente al rey Alfonso, para que este logre
conseguirle el favor real y pueda ver nuevamente a su esposa e hijas.
Enfocándonos
más en el personaje de Rodrigo Díaz, en la obra, se reconoce por su gran valor
y lealtad que tiene hacia su rey, a pesar de expulsarlo y hacer de su vida un
poco más difícil.
Principalmente
de lo que hablamos en esta entrada es un cuestionamiento hacia el
comportamiento de Cid hacia su rey. Preguntándonos si esto pudo haber sido
lealtad, viéndolo en un comportamiento “patriota”
o miedo hacia el rechazo y decisión del rey.
El valor
se muestra en muchas facetas y personajes esto es muy clásico en las historias
épicas tanto el valor como la religión no hacen falta en estos poemas, hay que
remarcar que en el personaje que más se originó el valor fue en Rodrigo Díaz, pero
no tanto a la confrontación de su propio rey, tomando en cuenta que este tomo decisión
en la vida de las hijas de Rodrigo Díaz.
Como
poder dejar que alguien con tanto poder, es decir un rey pueda decidir el
futura de tus propios hijos, y tomando en cuenta que es un mal futuro, un mal
matrimonio. Rodrigo Díaz inconscientemente acepta la propuesta de este rey con
tan solo poder ver nuevamente a su familia. Las hijas terminan quedándose con
los infantes de Carrión los cuales eran repulsivos, codiciosos, cobardes entre
otros defectos, terminaron maltratando a sus hijas y en total abandono.
Todo
esto al miedo que tenía Rodrigo al negarle a su propio rey. Así que si nos
ponemos a analizar este canto, el concepto de valentía y lealtad quedan atrás nada
es acto de ello, si no del propio miedo.
Las hijas del Cid de Ignacio Pinazo,1879. Doña Elvira y doña Sol aparecen atadas en el robledo de Corpes tras ser vejadas por sus esposos, los infantes de Carrión.
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