Por:
Galilea
Valentía
La
valentía es un valor universal que nos enseña a defender aquello que vale la
pena, a dominar nuestros miedos y a sobreponernos en la adversidad. Sin la
valentía, en los momentos difíciles nuestras vidas podrían irse a la deriva, sin
embargo la fortaleza interior y la fuerza de voluntad que siempre he pensado
que es la clave del éxito en cualquier ámbito de la vida es conducida por una conciencia recta, pueden
llevarnos más lejos de lo que podríamos imaginar.
Ser
valiente no es sencillo. En ocasiones, la valentía significa afrontar las
consecuencias de nuestros actos, los productos de nuestros errores. El niño que
admite ante sus padres que fue él quien rompió la ventana del vecino, el
empleado que reconoce el no haber hecho su trabajo como era debido, el padre de
familia que acepta ante sus hijos que debería haber pasado más tiempo con ellos
son ejemplos que, por desgracia, a veces no son tan comunes: son ejemplos de
personas que han tenido la fuerza de aceptar su error y de afrontar sus
consecuencias.
La
vida misma no es sencilla y puede ser, en ocasiones, sorprendentemente dura: La
muerte de un ser querido, una enfermedad, la ruina de un negocio son ejemplos
de momentos tremendamente difíciles. La valentía es la diferencia entre hundirse
o seguir nadando.
Por
otra parte, la valentía también tiene que ver directamente con defender lo que
sabemos que es correcto y luchar por lo que queremos sin dejar que nadie ni
nada nos detenga porque solo uno como persona puede limitarse. La conciencia
con frecuencia nos indica que se está cometiendo una injusticia, o que se está
violentando algún derecho. En esos momentos, es necesaria una posición concreta
para actuar como es debido y para defender lo que está bien.
La
valentía nos hace personas ordinarias que pueden obtener resultados
extraordinarios. Una persona que defiende al débil, que admite sus errores, que
afronta las consecuencias de sus actos, que no calla cuando sabe que algo está
mal, puede estar asumiendo riesgos, pero también está creando una diferencia
real en su vida y en el mundo que le rodea.
La
valentía es afrontar riesgos, vencer miedos. La valentía no asegura el éxito
inmediato, eso es cierto, pero si se puede asegurar que con la constancia y el
esfuerzo podemos hacer de algo pequeño algo inmensamente grande, todo depende
de la mentalidad con la que trabajemos los objetivos que nos proponemos, pero
sobre todo el valor para afrentar dichas aventuras.
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