Fecha: Martes 4 de noviembre de 2014. Nombre: Montserrat Mendoza Martínez.
Ensayo del Romanticismo y
el Neoclasicismo.



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En la época del Romanticismo encontramos que a los hijos ven a sus progenitoras con una adoración Mariana. En cambio en la época del Neoclasicismo la figura paterna es más admirada ya que simboliza el refugio.
Por lo tanto, en éste documento se va a analizar esta hipótesis basándose en fragmentos de varias obras como Werther del Alemán Johann Wolfgang Von Goethe, en segundo lugar Diario de un loco, del Ruso Nikolái Gogol y en tercer lugar Don Juan Tenorio del Dramaturgo Español, José Zorrilla.
Por otra parte también se presentarán fragmentos de la obra El Periquillo Sarniento, escrita por el Mexicano José Joaquín Fernández de Lizardi y por último Tartufo creada por el padre de la Comédie Française, mejor conocido como Moliére.
Antes que nada, es importante definir qué es el Romanticismo.
La Real Academia Española, nos da la siguiente definición:
1. m. Escuela literaria de la primera mitad del siglo XIX, extremadamente individualista y que prescindía de las reglas o preceptos tenidos por clásicos.
2. m. Época de la cultura occidental en que prevaleció tal escuela literaria.
Una de las peculiaridades del romanticismo es el uso de la pasión, ante la razón. Es decir que los escritores románticos se basa en la liberación de normas.El escritor Romántico se basa en sus sentimientos de una forma extremista. Esta actitud va de la mano con los fieles a que veneran a la Virgen María.
El concepto de María como un “modelo perfecto de todas las virtudes” sirve en realidad para satisfacer el “deseo de seguridad” de los católicos fieles, especialmente en el Romanticismo, en donde se vivía la vida con pasión.
La función primaria de la mujer, por tanto, es biológica, la que se convierte en espiritual bajo la influencia, en parte, del catolicismo y el ideal de la virgen María. De igual forma, la madre tiene un papel moral porque a ella le incumbía no sólo producir los hijos sino enseñarles las normas de la familia y de la sociedad.
Empezando con Goethe, encontramos que en su biografía dice que es hijo de Johann Caspar Goethe, un abogado y consejero imperial que se retiró para educarlo. Katharina Elisabeth Textor fue su madre, ella era hija de un antiguo burgomaestre ( Primer magistrado municipal) de Fráncfort. Por estas vinculaciones estuvo cerca de la vida política.
Entrando a su obra, encontramos un reflejo de la adoración y respeto que un romántico le tiene a la madre. En el fragmento, Werther le escribe a Carlota que una de las acciones que hara despues de la vida, será acudir a su madre, para expresarle sus sentimientos y sobre todo, para recordar la imagen de su amada Carlota:
¡No sueño, no deliro! Acercándome a la tumba voy encontrando claridad. ¡Seremos!, ¡nos volveremos a ver! ¡Veré a tu madre!, iré a verla, la buscaré y ante ella vacié todo mi corazón!, ¡tu madre, tu imagen!
(Página 69)
De la misma manera, Werther escribe una epístola a su amigo Guillermo, donde se despide de él y de la vida. Una de las acciones que le encomienda a su amigo, es que consuele a su querida madre, lo cual muestra la importancia que el le tiene en su vida.
"Guillermo, por última vez vi el campo y el bosque y el cielo. ¡Adiós, también a ti!
¡Madre querida, perdóneme! ¡Guillermo, por favor, consuélala!”
(Página 60)
Cambiando de escritor, tenemos a Nikolái Gógol.
Su padre murió cuando el joven Nikolái tenía 15 años de edad. Así que su madre le otorgó profundas creencias religiosas que sin duda influyeron en la visión del mundo de Gógol.
En su novela titulada, Diario de un loco, este escritor incluye en el último diálogo del protagonista la escena donde él alucina a su madre y le dirige sus últimas palabras , suplicando ayuda misericordiosa:
Día 34 de febrero de 343
¿Es mi madre la que está sentada a la ventana? ¡Madrecita, salva a tu pobre hijo! ¡Vierte unas cuantas lágrimas sobre su cabeza enferma! ¡Mira cómo lo martirizan! ¡Ampara en tu pecho a tu pobre huérfano! En el mundo no hay sitio para él. ¡Lo persiguen! ¡Madrecita, ten piedad de tu niño enfermo!
(Ultima escena)
Para acabar con el Romanticismo, tenemos la obra de José Zorrilla.Se dice que su madre, llamada, Nicomedes Moral, era una mujer muy piadosa. Eso se refleja en el vocabulario que tiene Zorrilla, pues en la obra, en múltiples ocasiones se detectan expresiones religiosas dirigidas a la Vigen:
PASCUAL. ¡Por la Virgen del Pilar!
(Página 51)
BRÍGIDA. ¡Oh!, sí.
D.ª INÉS. ¡Virgen María!
(Página 87)
BUTTARELLI. ¡Santa Madonna! De vuelta
Mejía y Tenorio están
sin duda…
(Escena III, página 15)
D.ª INÉS. ¡Ay!, que cuanto más la miro,
menos me atrevo a leer.
¡Virgen Santa, qué principio!
(Página 84)
En cambio en la época del Neoclasicismo la figura paterna es más admirada ya que simboliza el refugio, así lo encontamos en la mayoría de las ilustraciones de ese Siglo.
Ilustra significa enseñar y cultiva.En esta epoca las obras se basan en la educación para descubrir la fuerza que se adquiere cuando se maneja la razón frente a la autoridad impositiva.
Una forma de educar fue a través de los cuentos de hadas. En francia, el iniciador fue Charles Perrault.
Los cuentos populares son el primer contacto que tiene un infante con el mundo literario, por este medio reflejan sus experiencias, pensamientos y sentimientos. Son importantes porque por medio del lenguaje simbólico, ayudan al niño a superar sus las emociones de todas las etapas por las que atraviesa a lo largo de su infancia.
El psicoanalista Bruno Bettelheim, hace un análisis de los cuentos de hadas y ahí afirma que: “A través de los siglos se van creando modelos llenos de contrastes y contradicciones."
Llama la atención que en los cuentos, casi nunca está presente la figura de la madre. Por ejemplo, en las historias de princesa como La Bella y la Bestia, La Cenicienta y Blancanieves. Podemos identificar que el padre es la imagen de amor puro, nobleza y protección, al cual su virginal hija le es fiel y se desvive por complacerle.
Aquello lo podemos relacionar con el Complejo de Electra, que según Carl Gustav Jung, es la atracción afectiva o enamoramiento hacia el padre por lo tanto esta concentración de cariño causa una situación de rivalidad con la madrastra.
Por esta razón, en la época neoclásica, el padre es juicioso y prudente. Para ejemplificar esta idea, tenemos a El periquillo Sarniento que nos describe cómo es la actitud de su padre:
"Mi padre era, como he dicho, un hombre muy juicioso y muy prudente; siempre se incomodaba con estas boberías; era demasiadamente opuesto a ellas; pero amaba a mi madre con extremo, y este excesivo amor era causa de que por no darle pesadumbre, sufriera y tolerara, a su pesar, casi todas sus extravagantes ideas, y permitiera, sin mala intención, que mi madre y mis tías se conjuran en mi daño.
(Parte 1, capitulo 2)
Volviendo al tema, en este fragmento de la historia, el personaje principal describe la molestia que muestra hacia su despreocupada madre:
"Mujeres crueles, ¿por qué, tenéis el descaro y la insolencia de llamaros madres? ¿Conocéis acaso, la alta dignidad de una madre? ¿Sabéis las señales que la caracterizan? ¿Habéis atendido alguna vez a los afanes que le cuesta a una gallina la conservación de sus pollitos? ¡Ah! No. Vosotras nos concebisteis por apetito, nos paristeis por necesidad, nos llamáis hijos por costumbre, nos acariciáis tal cual vez por cumplimiento, y nos abandonáis por un demasiado amor propio o por una execrable lujuria.
(Parte 1, capitulo 2)
Retomando el topico del Neoclasicismo, recordemos que el origen de este movimiento se da gracias a el salón de Catherine de Vivonne, marquesa de Rambouillet. Hacia 1630 la aristocracia frecuentaba sus salones haciendo ostentación de sus refinamientos literarios.
Los círculos preciosistas se extendieron fuera de la Corte, la sociedad se empezó a cultivar. Incluso en provincias, hasta el punto en que Moliére daba mensajes satíricos con su "Critique de l´École des femmes", resaltando la ironía de las mujeres que se basan en Maria Antonieta.
Se dice que la representación de "Tartufo" suscitó críticas muy duras y convirtió a Molière en chivo expiatorio de todos los problemas políticos y sociales de aquel momento. "Tartufo" arremetía críticamente contra la hipocresía de la sociedad francesa frente a la virtud, logrando, a su vez demostrar como las inocentes intenciones de un padre (En la historia es Orgón) recto y piadoso son manipuladas por Tartufo, el cual en realidad es un hipócrita y engañoso porque se aprovecha de la importancia que Orgón tiene en su fe religiosa.
ORGON:
-Si hubieses visto cómo conocí a Tartufo habría tenido por él la
amistad que yo. A diario iba a la iglesia, con benigno talante,
prosternaba frente a mí, doblando entrambas rodillas, y atraía
los ojos de toda la congregación por el fervor con que eleva a
Dios sus plegarias. Exhalaba suspiros, ponía los brazos en cruz y
a cada momento besaba humildemente la tierra. Cuando yo salía,
adelanta base presto para ofrecerme agua bendita. Instruido por
su mozo (que le imitaba en todo) de lo que era aquel hombre y de
su inteligencia, dícele dones, más él, modesto, siempre quería
devolver una parte.
(Primer acto, escena 9)
Como hemos visto, Orgón tiene la idea de que Tartufo es un hombre honrado y piadoso, que sobre todo es digno de casarse con su amada hija Mariana.
En el siguiente diálogo lo podemos ver:
ORGON:
-Sí, hija. Pretendo,casándome con él, unir a Tartufo a nuestra
familia. He resuelto que sea tu esposo, y como yo tengo sobre tus
deseos…
(Página 19)
Como conclusión, podemos afirmar la característica que en diversas obras literarias que pasaron por los movimientos del romanticismo y el neoclasicismo, la admiración hacia los padres es reflejada mediante la literatura.
Referencias bibliográficas
Diccionario de la Real Academia Española,
Disponible en:
http://lema.rae.es/drae/srv/search?key=romanticismo
Marquéz, R. (2014) Georg Lukács: “Los sufrimientos del joven Werther”.
Disponible en:
Marquéz, R. (2014) Cuentos clásicos, interpretación.
Disponible en:
http://ejerciciodelainteligencia.blogspot.mx/search/label/G%C3%A9neros%20Literarios
Diccionario de la Real Academia Española,
Disponible en:
José Mª Montes: El libro de los santos, Alianza Editorial, Madrid, 2001.
Caldera, E, El teatro español de la época romántica, Madrid, 2001.
Lizardi, J. (1816) El Periquillo sarniento.
Jean Baptiste Poquelin Moliere. (1664) El Tartufo.
Goethe, W. (1774). Werther.
Gogol, N. (1835) Diario de un loco.
Zorrila, J. (1884). Don Juan Tenorio.
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