Por: Paulina Navarro Montenegro
El realismo busca transformar la realidad en materia literaria desde una perspectiva objetiva, mientras que el romanticismo transforma en materia literaria la vida de aquel que escribe.
La transición
del romanticismo al realismo tuvo un impacto significativo para la sociedad de
aquel tiempo, es decir, la sociedad de la segunda mitad del siglo XIX. El
romanticismo tenía que ver con todo aquello que era irreal, inexplicable y
misterioso, como lo es el profundo sentimiento del amor, así como el de la
muerte y la soledad.
En
el realismo se busca la objetividad, el narrador esta siempre en tercera
persona porque el autor no busca que su forma de ver el mundo se refleje en el
libro, como en Cumbres Borrascosas de
Emily Brönte, donde la historia es narrada por la criada, es decir, en tercera
persona mientras que las narraciones de obras románticas están siempre en
primera persona, como en el caso de la obra Robinson
Crusoe de Daniel Defoe, donde toda la novela es narrada en primera persona
e incluso hay un diario dentro de ésta.
En
el caso de ambas obras es posible apreciar una transición entre estos dos
movimientos artísticos porque cada una de ellas tiene elementos de ambos aunque
sea uno el que predomine.
La
descripción es un punto clave en el realismo porque la reproducción exacta de
la realidad es el propósio, al contrario que con el romanticismo, en el cual
el ambiente no es el que importa, sino cómo lo percibe el personaje dependiendo
de su estado de ánimo.
En
el realismo el uso de figuras retoricas disminuye porque éstas son una forma metafórica
de expresar las ideas y sentimientos mientras que el realismo busca expresar
dichas ideas de la manera más objetiva y práctica posible, por lo que las figuras
retoricas resultan inútiles en este caso.
En
el romanticismo las palabras son elegidas por como suenan, mientras que en la literatura
realista las palabras son elegidas de acuerdo a su significado.
En la
novela realista se reflejan costumbres ante todo, descripciones históricas, los
personajes se ven arrastradas por el contexto: por ejemplo, los alcohólicos son
marginados, víctimas de su situación “soy de acuerdo al espacio en el que vivo”
esto refleja problemas sociales, decadencia. Mientras que en el romanticismo,
los alcohólicos son considerados héroes con sentimientos.
Asimismo,
en el romanticismo el medio ambiente está determinado por el individuo, los
románticos son completamente libres de sus circunstancias y es por eso que en
todas las obras literarias de este periodo se observa que los personajes dejan
a sus familias y se cambian el apellido. Por otra parte, en el realismo es
imposible pensar en dejar la familia, ya que la herencia y el linaje son lo más
importante.
Uno
de los factores para que surgiera un cambio tan radical en los movimientos, es
decir, ir de un periodo totalmente pasional a uno razonal, es que el
romanticismo nos duele, y como no podemos con él, lo rechazamos.
La
mayoría de los personajes principales realistas son marginados, psicópatas e
impulsivos. Estas características están presentes en el personaje Heathcliff de
Cumbres Borrascosas, quien durante su niñez además de ser huérfano, al ser
recogido por la familia de Cumbres es rechazado por el hijo biológico de la
familia, quien durante muchos años lo trata de una manera terriblemente cruel y
despiadada. Por su parte, Heathcliff, como no era un muchacho muy bien educado,
simplemente seguía sus impulsos. Asi como en Bola de Sebo, donde el personaje
principal, la prostituta, se presenta como un individuo marginado frente a
todos los demás, quienes eran en su mayoría burgueses.
La
concepción que tiene un romántico sobre la vida se basa en siempre evadir la
crisis viviendo plenamente y sin limitaciones, por esta razón, el romántico se
opone a la razón, es decir, a los clásicos. El nacionalismo nació de este
movimiento, y era una de las características principales que todo buen francés
debía de tener en esa época: el amor por su patria.
En
este caso, la transición al realismo es claramente observada en la obra Bola de Sebo donde es retratado el
cambio que modifica los valores franceses; el francés realista ya no es
nacionalista, sino es cobarde y hace lo que más le conviene, por lo tanto huye
de la guerra.
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