Por: Luisa Engelfried Orozco
En Medea me sorprendió que importante para ella era la
posición de las mujeres en una relación y en la sociedad griega me pareció lo
que llamaríamos ahora una feminista, ya que habla de cómo un hombre puede
elegir libremente escoger a su paraje, divorciarse y olvidarse de sus hijos
como si nada. Después de que Jasón la abandona toma como meta hacerlo sufrir y
a los responsables, Creonte y su hija, con lo que más les duele.
Primero toma precaución de quien la puede recibir después
de haber sido desterrada de esta tierra. Luego desde cómo va a lograr su
objetivo, matar a la nueva amante de Jasón con un hermoso vestido envenenado y una
corona que ardera en llamas, que se lo hara llegar como un regalo de buena voluntad,
después Creonte al ver a su hija en esta desdicha correrá hacia ella y al tocar
el vestido morirá envenenado también.
Pero su venganza más grande será hacia Jasón el hombre que
la enamoro, utilizó y la dejó con la pobre excusa de que ella era una barbara y
que el merecía una persona con raíces griegas. Esta es la más radical, matar a
sus hijos, como dice en el libro: “No hay más remedio: que mueran, y ya que es
preciso, yo que le di la vida, yo se las quitare”. Los niños aterrados huyen de
su madre pero ella sabe que de esta manera Jasón se quedara sin nada, sin
familia, esposa o reino. Y Medea prefiere matar a los niños con sus propias
manos a que se queden a sufrir en manos de Jasón.
Después de que logra su objetivo y de darle un gran
discurso a Jasón,al que este respondió diciendo: “Ninguna griega lo hubiese
osado jamás” Medea se escapa y este queda devastado.
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