Por:
Alanis
Para
la tragedia de Medea no hay mejor tema que hablar sobre el amor, y mejor aún un amor sin ventura, sin felicidad alguna.
El amor
como todos reconocemos es una aporía, aquello sin definición, sin duda toda persona tiene diferentes
conceptos sobre lo que sienten del amor. Muchos dicen ser dolor, otros dicen
ser locura…
¿Pero
que hay con ese amor sin ventura? ¿Es Medea acto de esto?
Medea
está completamente enamorada de Jasón quien con ella tuvo hijos. Dispuesta a
traicionar a su padre y a su hogar e ir con él a Yolcos de Pelión. Jasón es “forzado” a casarse con la hija del rey Creon,
rey de Corinto.
Creon,
decide expulsar a Medea de sus tierras por temor a ocasionar algún daño. Medea estando
tan infeliz por aquella noticia decide vengarse; puso en riesgo su vida y la de
su familia por un hombre que no la quiere. ¿Cómo no vengarse de él? ¿Cómo no
vengarse de quien la expulsó?
“Todo
hombre se prefiere a si mismo sobre los demás; unos lo hacen con recta
justicia, otros puramente en busca de su provecho…”
Eh aquí
lo dicho en esta tragedia, ¿será que solo nosotras mujeres somos las dañadas en
esta situación? ¿Será que la mayoría de nosotras caemos enamoradas incondicionalmente?
En la actualidad se sigue viendo, historias ya conocidas contadas por mujeres
que pasan por la misma situación. Mujeres dispuestas en darlo todo y en cambiar
por un hombre.
¿Qué
hay de los hombres? ¿A caso su definición de amor es más inclinada a lo erótico,
a las apariencias, a la fantasía, a lo pasajero?
Nos culpamos
y culpamos a las demás personas por lo que no pudo resultar y nos vengamos con
la finalidad de ver el mismo sufrimiento que tuviste en la otra persona. ¿Pero
que hay con el olvido? ¿Acaso es imposible? Es difícil más no imposible.
El
amor de Medea y el de muchos es un amor sin ventura que todos conocen y todos
alguna vez hemos vivido. Amor más grande hacia un hombre no existe más que el
de Medea.
Medea y Jasón de John William Waterhouse
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