lunes, 2 de diciembre de 2013

"El Arte de Amar" de Ovidio: Maestro.



Lorna Melissa Elizabeth Ramirez Zavala


Toro farnese.JPG
Toro Farnesio
Apolonio de Tralles
2 a.C
(He colocado esta imagen ya que
es del mismo año en que la obra
es publicada.)
Considerado maestro y fundador de la poesía erótica, Ovidio con esta obra literaria relata lo que para él es el arte de amar. Fue tan escandalosa en su tiempo que fue retirada de las bibliotecas públicas de aquel entonces. Obra dirigida para los hombres; en la que se les da consejos en el amor. Hasta llegar al libro 3, en el cual se le dice a la mujer como permanecer hermosa para su amante. Excluyendo a las castas matronas y a las vírgenes romanas específicamente. Obra también tomada como una obra de técnica sobre la seducción, el cual también es considerado un arte. Artes amatorias que cualquier humano podría sobresalir al punto de dominarlo.

Nótese como es relatada la mujer ante el momento de pretenderla; dócil y que ellas fácilmente aceptan. Y que en caso de rechazo por parte de ellas, no existe relevancia alguna.  Se les dice a los hombres que sin importar los tropiezos que se tenga, jamás se debe perder la esperanza de encontrar a una mujer. Se tiene que encontrar la esperanza de una mujer que yace dentro de ella, en base al argumento en el cual se dice que en que cada corazón de un hombre es de gran importancia una mujer, que es mejor estar acompañado de una de ellas que solo. En la obra no solo habla sobre las relaciones, en cambio, habla un poco sobre la psicología femenina, o al menos lo que Ovidio mencionaba al aconsejar a los hombres a tener cuidado sobre los secretos de las mujeres, y a cortejarlas desde luego correctamente.


Gracias a todo lo que Ovidio menciona en su obra , evadiendo del todo lo soez en los temas tratados, hablando con un lenguaje el cual podría ser considerado incluso elegante, gentil y atractivo para todo tipo de lector. Él es considerado maestro en el arte de amar. Enseñado al lector a seducir y cortejar a una dama correctamente con el mismo propósito de hace siglos. Pero en sí él no se consideraba un maestro ni fundador.  Tal como el mismo lo advierte; Un hombre y una mujer se habían reunido en un mismo lugar y ellos mismos aprendieron, sin maestro alguno, lo que tenían que hacer. (El arte de amar, Ovidio).


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