por: Alejandra Aguirre.
Tras siete años de Cruzada, el Emperador Carlomagno conquisto a los moros de España. Solo quedaba vivo Zaragoza, ciudad del rey marsil. Los francos reciben unas sospechosas propuestas de paz. Roldán propone como embajador a su Gnelón. Éste cree que su yerno pretende enviarlo a la muerte y por lo cual el decide que se quiere vengar. Como embajador Roldán prepara la traición: azuza a los moros contra Roldán, al que hace responsable del hostigamiento a que están sometidos. Sugiere Ganelón a Marsil que prometa a Carlomagno lo que sea, que se vayan a las tropas y así poder atacar la retaguardia francesa, en la que estarán Roldan y los doce Pares de Francia. Carlomagno vuelve a Francia y, a propuesta de Ganelón, confía la retaguardia a Roldán.
Carlomagno cruza los Pirineos, sobre la retaguardia que dirige Roldán cae el
numerosísimo ejercito de Marsil. A pesar de los consejos del sabio Oliveros,
Roldán, valiente y temerario, no quiere usar su cuerno ( el olifante) para
llamas en su auxilio al grueso ejercito, que ha pasado ya el desfiladero.
Roldán,
asistió por la flor de la caballería Francesa, pelea con valentía, rechaza dos
oleadas de paganos, pero a un alto precio. Uno a uno van cayendo los caballeros
ante el numero incalculable de moros qe les acosan. Roldán decide, por fin, a
tocar el olifante para avisar a su tío, el emperador Carlo magno. Lo hace con
tal fuerza que le estallan las sienes. Pero es demasiado tarde, se queda solo
en la pelea y sucumbe, como los demás frente al enemigo. Antes de morir desea romper
su espada Durandarte para que no caiga en manos de los enemigos, pero la piedra
contra la que golpea su espada se parte, por la fuerza del golpe que le da
Roldán.
Cuando
Carlomagno escucha el cuerno que demanda de socorro, sospecha la traición de
Ganelón y lo arresta, vuelve a Roncesvalles, al frente de sus tropas. Después
de los sucedido persigue a los moros que estaban escapando y los manda a las
orillas del mar Ebro.
Pero
una vez derrotadas las tropas de Marsil, Carlomagno debe derrotar a Baligán,
almirante de Babilonia.
En esa
batalla, Baligán muere a manos de Carlomagno, quien finalmente consigue tomar Zaragoza,
donde Marsil muere furioso.
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