“Edipo rey” De Sófocles: El destino en Edipo rey

Por: Montserrat Mendoza Martínez

Edipo Rey es una pieza escrita  Sófocles, él poeta trágico de la Antigua Grecia Y… ¿Por qué se le llama tragedia? La razón es que en este texto se  relata la lucha de un personaje contra su destino.

El tema que desarrollare en esta entrada ésta entrada el “El destino”. Analizaré la situación de Edipo y creencias en la literatura Griega.

El pueblo griego reconocía que sus vidas y su destino dependían completamente de la voluntad de los dioses.

Los dioses aplicaban severos castigos a los mortales que se rebelan contra ello y también cuando no obedecen lo que tienen asignado.

En la tragedia se observa en  como el personaje, inconforme a las predicciones del oráculo de Delfos, busca huir los sucesos que le tienen destinado los dioses y de los hechos de que maldicen su dinastía. Edipo Intenta evitar su destino huyendo de una u otra forma. En el texto él mismo dice: “Temo que Apolo acierte en lo que ha predicho de mí”.

Cuando Edipo busca rebelarse contra dicha fuerza parece que hace molestar a los dioses quienes le  cumplen tarde o temprano lo destinado.

Aunque la obra de Edipo rey empieza cuando Edipo ya es Rey de Tebas, su maldición o destino empieza desde ya varios años. El Rey Labdaco de Tebas, padre de Layo, quien se  negó a celebrar a Dionisio e impuso la maldición a sus desendientes.

Al Rey Layo, el oráculo de Delfos le predijo que su hijo lo mataría y se uniría en matrimonio con Yocasta.

Por otra parte, a Edipo comparte su predicción con estas palabras: Yo estaba destinado a ser el marido de mi madre, de la que tendría descendencia, odiosa a los ojos de los humanos; y que sería el asesino del padre que me había engendrado.

Yocasta, su madre y esposa,  quien en un momento sospecha lo que está por pasar, trata de persuadir a Edipo de sus ideas para evitar los terribles pensamientos que tiempo después son la causa de su propia muerte.

Edipo es el ejemplo perfecto del humano que finalmente se compromete en aceptar la realidad, por más desagradable que sea. Ya que le es imposible confrontar 100% su situación, él prefiere sacarse los ojos. Víctima de otros o de sí mismo tuvo el triste castigo de cumplir con su destino.

Edipo y la esfinge de Gustave Moreau(1864)