domingo, 27 de octubre de 2013

“Génesis”: La descendencia


Por: Paulina Navarro Montenegro

Es muy importante la descendencia para los hombres: cuando sus mujeres son estériles, ruegan y suplican a Dios que les dé hijos, cuando Yavé dará obsequios y bienes a los hombres, lo más preciado es la descendencia. Que Estos hombres puedan multiplicarse con una o varias esposas hasta lograr que su semilla se esparza por el mundo y muchos pueblos salgan de él.

Hay varias partes del Génesis donde se explica con lujo de detalle el árbol genealógico de cada hombre que nació después de Adán, todos los hombres adorar con vehemencia a su hijo primogénito, en ocasiones hasta sin importarle ningún otro más que éste, el primero.

Cuando Abram no puede tener hijos con su esposa Saray dado a que ésta es infértil, el deseo de que el hombre logre satisfacer su deseo de tener hijos es tan grande que su esposa le entrega a su sirvienta  Agar para que la embarace y la descendencia de Abram no muera. Es como si al no tener hijos, la esencia y huella de Abram en el mundo desapareciese.

Cuando Lot sale huyendo de su pueblo junto con su esposa e hijas vírgenes a causa de la destrucción que la villa iba a sufrir, al mismo tiempo en que ya era viejo, y justo después de perder a su esposa que al mirar hacia atrás y desobedecer las órdenes de Yavé queda convertida en una estatua de sal, las hijas le dan de tomar vino hasta el punto de embriagar al viejo para que éste duerma profundamente y ellas puedan acostarse con él para embarazarse de su padre y crear descendencia para poblar muchos pueblos fuertes, príncipes y reyes.

Probablemente mi mente es tan pequeña que aún no me deja asimilar primero, el hecho de necesitar tener descendientes como si el no hacerlo fuera signo de maldición y en segundo, que las hijas embriaguen a su padre para usar su semilla y reproducirse. Probablemente lo estoy tomando muy literal, y, probablemente no sea así.


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