domingo, 27 de octubre de 2013

“La Odisea” por Homero



Canto V
Carolina Ayala Trigo

Canto V
Los Dioses decretaron por fin, mandar a Hermes a exigir la vuelta de Ulises, a la ninfa. 
Al llegar, Hermes vio lo decorada que estaba la vivienda de la ninfa, el olor tan atrayente, que podía conquistar a cualquier mortal, pero no a él. 
La ninfa le ofreció comida y vino. Luego de satisfacerse, Hermes le cedió el mensaje del gran Zeus, y la ninfa dijo q era envidiada, pero que no se iba a oponer a la voluntad de los Dioses, entonces se lo fue a comunicar al divino Ulises, que el insinuando la posible estrategia de la ninfa le hizo jurar que no lo mataría. 


Entonces empezó la construcción de la balsa: Ulises taladró, unió con clavijas, mientras la ninfa preparaba manjares para su viaje. 
Al terminar la balsa, la Diosa le coloco vino, agua y pan. 
Navego 17 días en el mar, hasta que en el 18 vio la tierra de los faiakenos, entonces Poseidón se enojo por la decisión de los inmortales, favorable a Ulises, entonces revolvió el mar, y llenó de nubes el cielo. 
Ulises pensó en lo que le había dicho la Diosa, de que tendría arduos trabajos en el mar y que sus predicciones se estaban cumpliendo. 
Al decir esto, una ola hundió momentáneamente su balsa y arrojo al mar a Ulises, que sin rendirse subió de nuevo a la balsa, salvándose de la muerte. 
Entonces la Diosa no tuvo piedad, y encarnando en somormujo e indico, q se sacara sus ropas, y q nadara hasta la tierra de los faiakenos y que llevara con él una banderola, q fue entregada. 
Ulises no siguió las órdenes, ya que quería seguir en su balsa, pero luego se vio obligado, y cuando Poseidón lo iba a matar con sus olas y vientos Atenea las mando a cesar. 
Ulises paso 2 días en la olas, hasta que vio la tierra de los faiakenos, y cuando no estaba distante de ella, escuchó como las olas golpeaban fuertemente Contra una gran roca, y dijo que era desdichado, que si seguía nadando una ola lo partiría contra esa roca, y lo único q le quedaba era que un dios del mar se apiadara de él, y lo malo era que Poseidón estaba en contra de él. 
Entonces mientras pensaba esto una ola lo arrastra contra la roca, y si no fuera por Atenea q lo lleno de sabiduría, el hubiera perecido, ya que se agarro de la roca y suspiro, y luego de eso, volvió a nadar y fue casi ahogado de nuevo pero se salvo de nuevo al sacar la cabeza por arriba de las olas. 
Al llegar a 20 metros de la playa alabo al Rey de la deidad que lo había salvado. 

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