Óleo en lienzo de Heinrich Friedrich Füger: Prometeo lleva el fuego a la humanidad (1817) |
Por: Paulina Navarro Montenegro
Zeus encadenó a Prometeo a una roca como castigo por haber robado el fuego a los dioses para dárselo a los mortales, así como por haber intervenido cuando los dioses planeaban deshacerse de todos los mortales, y haberlos defendido.
La obra se desarrolla con Prometeo encadenado casi desde el inicio y hasta el final, y durante ese tiempo tiene conversaciones con diferentes personajes. Y la mayoría de estos personajes subraya el hecho de que Prometeo está actuando soberbiamente, primero, al no aceptar la ayuda que Océano le ofrece, y después, por hablar con orgullo y descaro sobre Zeus. Es aquí donde nace la pregunta, ¿está Prometeo protegiendo su dignidad o siendo petulante? A mi parecer Prometeo hace lo primero, aunque Océano diga lo contrario.
Prometeo, con cierta cólera hacia Zeus, hace una profecía, en la cual Zeus caerá del trono por mano de uno de sus hijos que lo vencerá. Zeus entonces envía al mensajero de los dioses, Hermes, para que le pida una explicación de la profecía a Prometeo para poder evitarse tal desgracia. Hermes y Prometeo hablan y hablan, al final, Hermes, quien al principio se mostró prudente y civilizado, comienza a amenazar a Prometeo con las palabras de Zeus. La amenaza con más fuerza en la conversación es que si Prometeo no da más detalles sobre quien será la madre que dará a luz a un hijo más fuerte que su padre, Zeus le añadirá a su castigo, que cada dia durante toda la eternidad un águila ira a donde se encuentra Prometeo a devorar sus entrañas.
Aun con esta intimidación, Prometeo se mantiene firme y digno, y jura no revelarle nada más a Zeus, que ante los ojos de Prometeo, solo ha actuado, de una manera pasional y no ha usado su razón. En esta historia, Zeus porta cierto aire de altanería, al no entender las razones del que antes fue su amigo.
La información es muy interesante
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