Por: Luisa Engelfried
Orozco
Basada en la Ilíada, que
cuenta la guerra de Troya, se inicia el libro en un palacio: un vigilante
espera desde hace mucho tiempo noticias sobre la expedición de Agamenón a
Troya.
Se anuncia la entrada de
Agamenón, rey de Micenas y jefe de las fuerzas griegas en la guerra de Troya,
quien entra a la ciudad. Agamenón era hijo de Atreo, y sufre la maldición hecha
sobre su casa.
El rey entra en Argos
acompañado por Casandra, quien es una esclava que le regaló el ejército.
Clitemnestra, su esposa, se queja por todo el tiempo que la hizo esperar y
tiene preparado un recibimiento que no es del gusto de Agamenón, sin embargo,
este lo acepta.
Casandra tiene poderes
proféticos y es hija del rey Príamo a quien Agamenón ganó en la guerra de Esparta
contra Troya. Los rumores y las predicciones de la muerte de Agamenón se van
volviendo más fuertes y explícitos.
Todos se encuentran en el
palacio cuando se escucha el grito de Agamenón: Egisto le da un golpe que lo
sume en la inconciencia y Clitemnestra a su vez, le da otro golpe con su
espada, que lo decapita. Clitemnestra sale a escena y aparecen los cadáveres de
Agamenón y Casandra. El crimen y la venganza se han cumplido. Clitemnestra esta
muy enorgullece de su acción y admite que este asesinato era un meticuloso plan
organizado con anterioridad desde que Agamenón le dio muerte a su hija
Ifigenia, en un sacrificio al dios Zeus, antes de su partida a la guerra a la
guerra de Troya. La venganza también es de Agisto, primo de Agamenón y amante
de Clitemnestra. La razón de Agisto: Agamenón había hecho cosas imperdonables
con su padre Tiestes en el pasado.
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