miércoles, 24 de septiembre de 2014

Natalia Zoé Ramos Aguilera

Tema: Engaño
Hipótesis: “El engaño, un método de poder”  



Estas cuatro obras la cuales voy a relacionar entre sí, tienen en común una acción que tiende a ser usada mucho en la literatura y me parece es un elemento importante para que un relato mantenga ese riesgo y también esa diversión que le añade el “engaño”.

El periodo Barroco fue la época donde fueron escritas estas obras, este se basa en la fugacidad de la vida, rapidez con el que el tiempo huye, desaparición de los goces y complejidad del mundo que rodea al hombre. Basándome en este dato creo que los autores trataron de expresar en sus obras como con una simple acción podía desatar una gran problemática.

Para comenzar a hablar acerca del engaño, quiero especificar por que escogí este tema. Al leer las cuatro obras pude concretar que en todas ocurría un suceso similar, el cual llevaba a uno de los personajes masculinos a  engañar, pero ¿por qué el engaño?

En el libro El Burlador de Sevilla de Tirso de Molina, Don Juan cometía los engaños solo por el deseo carnal, en la primera parte Don Juan engaña a la Duquesa Isabela, haciéndose pasar por el Duque Octavio, al ser descubierto Don Juan le responde
a Don Pedro:


Don Juan: Mozo soy, y mozo fuiste
y pues que de amor supiste,
tenga disculpa mi amor.
y, pues a decir me obligas
la verdad oye y diréla:
yo engañé y gocé a Isabela,
la duquesa…

Don Pedro: ¡No prosigas, tente!
¿Cómo la engañaste?
Habla quedo, y cierra el labio.

Don Juan: Fingí ser el duque Octavio.

Don Pedro: ¡No digas más! ¡Calla! ¡Baste!
Perdido soy…

(Jornada Primera, pág, 32)

Aunque sea precipitado, desde la primera hoja de la obra, se habla de cómo Don Juan logra engañar a la primer mujer, simplemente seduciéndola en la oscuridad sin que ella se diera cuenta de que era otra persona. El comportamiento de Don Juan hacia su primer estafa, es indiferente ya que consigue volver a hacer su hazaña de engaño con otra mujer, la cual termina siendo una pescadora llamada Tisbea:



Tisbea: El rato que sin ti estoy,
Estoy ajena de mí.

Don Juan: Por lo que finges ansí
 ningún crédito te doy.

Tisbea: ¿Por qué?

Don Juan: Porque si me amaras,
mi alma favorecerias.

Tisbea: Tuya soy.

Don Juan: Pues di, ¿qué esperas,
o en qué, señora, reparas?

Tisbea: Reparo en que fue castigo
 de Amor el que he hallado en ti.

( Jornada Primea, pág, 65)


Viendo más a fondo la historia, Don Juan no se queda sin ser descubierto, en la primera jornada, Catalinón comenta al mismo Don Juan, que las acciones que esta por hacer, no lo llevaran a nada bueno:

Don Juan: Por Tisbea estoy muriendo,
que es buena moza.

Catalinón: ¡Buen pago
 a su hospedaje  deseas!

Don Juan: Necio, lo mismo hizo Eneas,
con la reina de Cartago.

Catalinón: Lo que fingís y engañáis
las mujeres, desa suerte
lo pagareís con la muerte.

Don Juan: ¡Que largo me lo fiáis!
“Catalinón” con razón
 te llaman.

Catalinión: Tus pareceres
 sigue; que en burlar mujeres
quiero ser catalinión 
Ya viene la desdichada.
…(Jornada Primera, pág, 64)

El siguiente libro del cual me gustaría hablar es La verdad sospechosa de Juan Ruiz de Alarcón, el cual quiso demostrar con su obra que el mentir y el engañar no siempre nos llevan a nuestros objetivos. Y otra vez retomamos el engaño, el cual conlleva a la seducción, en esta historia Don García termina con la mujer que no quiere la cual es Lucrecia y tiene que dejar a un lado a Jacinta, la mujer que anhelaba como esposa. Toda esta problemática comienza de un engaño o mejor dicho una mentira. Una de las partes que demuestran como Don García trata de engañar a las jóvenes, es cuando le preguntan su procedencia, el inventa una historia totalmente falsa de la realidad:

García: ¿Qué hasta aquí de mi afición
 nunca tuvisteis indicio?

Jacinta: ¿Cómo, si jamás os vi?

García: ¿Tampoco ha valido ¡ay Dios!,
Más de un año, que por vos
he andado  fuera de mí?

Tristán: (¿Un año, y ayer llegó
a la Corte?)

Jacinta: ¡Bueno a fe!
¿Más de un año? Juraré
 que no os vi en mi vida yo.

García: Cuando de Indiano suelo
 por mi dicha llegué aquí,
la primer cosa que vi
fue la gloria de ese cielo.
Y aunque os entregué al momento
 el alma, habéoslo ignorado
porque ocasión me ha faltado de deciros lo que siento.

(Acto Primero, pág, 27)

Don García no se espera que sea descubierto, pero después de varias mentiras comienza a desatar dudas entre Juan y Félix, pero Juan cegado solo por la apariencia también es seducido por Don García y su porte:

Juan: ¿Qué decís?

Félix: Esto es verdad.

Juan: ¿Embustero es don García?

Félix: Eso un ciego lo vería;
porque tanta variedad de tiendas, aparadores,
vajillas de plata y oro,
tanto plato, tan coro
de instrumentos y cantores,
¿no eran mentira patente?

Juan: Lo que me tiene dudoso
 es que sea mentiroso
un hombre que es tan valiente;
que de su espada el furor
diera a Alcides pesadumbre.

El penúltimo libro, Fuente Ovejuna de Lope de Vega, el comendador llamado Fernán Gómez, se las arregla para ser un perfecto estafador y abusar del pueblo, y en especial de las mujeres. Laurencia juega el rol de la principal víctima de este, pero ella como personaje se presenta firme y no entra en el juego de Fernán:

Comendador: Esperad
vosotras dos.

Laurencia: ¿Qué manda
 su señoría?

Comendador: ¡Desdenes el
otro día, pues, conmigo! ¡Bien, por Dios!

Laurencia: ¿Habla contigo, Pascuala?

Pascuala: Conmigo no, tirte ahuera.

Comendador: Con vos hablo, hermosa fiera,

 y con esotra zagala.

 ¿Mías no sois?

Pascuala: Sí, señor;

 mas no para casos tales.

Comendador: Entrad, pasado los umbrales;

 hombres hay, no hayáis temor

Laurencia: Si los alcaldes entraran,

 que de uno soy hija yo,

 bien huera entrar; mas si no…

Comendador: ¡Flores!

Flores: ¿Señor?

Comendador: ¡Que reparan

 en no hacer lo que les digo!

Flores: ¡Entrad, pues!

Laurencia: No nos agarre.

Flores: Entrad; que sois necias.

Pascuala: Arre;

 que echaréis luego el postigo.

Flores: Entrad; que os quiere enseñar

 lo que trae de la guerra.

Comendador: Si entraren, Ortuño, cierra.

(Primer Acto, pág, 30)

Para terminar con este libro es importante ver la parte en la que Fernán arrebata a Laurencia de Frondoso en la boda de ellos y como este se sale con la suya, tratando de ser muy amable con Laurencia cuando realmente quiere gozarla:

Comendador:Estése la boda queda

y no se alborote nadie.

Juan Rojo: No es juego aqueste, señor,

y basta que tú lo mandes.

¿Quieres lugar? ¿Cómo vienes

con tu belicoso alarde?

¿Venciste? Mas, ¿qué pregunto?

Frondoso: ¡Muerto soy! ¡Cielos, libradme!

Laurencia: Huye por aquí, Frondoso.

Comendador: Eso no; prendedle, atadle.

Juan Rojo: Date, muchacho, a prisión.

Frondoso: Pues ¿quieres tú que me maten?

Juan Rojo: ¿Por qué?

Comendador: No soy hombre yo

que mato sin culpa a nadie;

que si lo fuera, le hubieran

pasado de parte a parte

esos soldados que traigo.

Llevarlo mando a la cárcel,

donde la culpa que tiene

sentencie su mismo padre.

Por último, Amor es más Laberinto de Sor Juana Inés de Cruz habla también del engaño que comete Teseo hacia Ariadna solo por que siente remordimiento ya que ella es la que lo ayuda a salir del laberinto aunque, él este totalmente enamorado de su hermana Fedra. Aunque este engaño no tenga la misma gravedad que la de los otros libros, Teseo al final hace creer a Ariadna que verdaderamente la ama, y traiciona al final ya que se queda con Fedra:

Minos: ¿Pues qué aguardas?
 Pide todo el reino

Teseo: Cosa más rica
pido, Señor, que es  a Fedra
cuya hermosura divina
es sólo el premio que quiero.

Minos: Por mí ya está concedida.

Ariadna: (¿Con Fedra se casa? ¡Ah, ingrato!
Murió la esperanza mía.
Mas pues no tiene remedio,
pagar de Baco la fina
atención quiero)…


( Jornada Tercera)

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