Por:
Paulina Navarro Montenegro
Al
iniciar esta historia, se narra como Gilgamesh, gobernante soberbio y solitario
de Uruk, conoce a su primer amigo.
Gilgamesh
era mitad dios y mitad hombre, y encasillado en su arrogancia estaba
construyendo con las manos y sudor de los pobladores una altísima muralla que
rodearía toda su nación. Después de un tiempo,
cuando los Dioses escucharon las plegarias y suplicas de los habitantes
que estaban muriendo de fatiga y hambre a causa del pesado trabajo de
edificación, y se dieron cuenta de la manera tan absolutista en la que
Gilgamesh estaba gobernando a su pueblo, crearon una criatura a la cual
llamaron Enkidú, para que luchara contra Gilagmesh y lo venciera y así poder
acabar con el sufrimiento del pueblo.
Enkidú
fue enviado desde el cielo al bosque para que comenzara su vida en la tierra
junto con los animales, y así no le sucediera lo mismo que a Gilgamesh y no se
transformara en un ser cruel. Cuando Enkidú fue descubierto por un cazador del
pueblo de Gilgamesh, el cazador se sitió instantáneamente atemorizado ya que no
conocía a una criatura tan fuerte como su gobernante Gilgamesh, que era casi
invencible en consecuencia a ser mitad Dios. Entonces avisó a Gilgamesh y éste
lo mando traer a través de Shamhat, quien fuera una puta sagrada para que
lucharan y vencerlo frente a todo su pueblo para que una vez más, reconocieran
cuan poderoso era.
Lo
que sucede, es que los Dioses habían creado a Enkidú con exactamente la misma
fuerza que Gilgamesh, de modo que los dos fueran equivalentes.
Asi
es como, en la batalla que se suscitó en la muralla, al luchar en una contienda
a la que no se le veía fin por el mismo motivo de las fuerzas similares,
Gilgamesh pisa una piedra floja de la pared y resbala. Justo antes de que el
rey caiga, Enkidú le tienede la mano. Este es el comenzó de la amistad más
sincera, noble y conmovedora de la historia, la de estos dos seres que se
encuentran en igualdad de situaciones. Esta es la única manera en la que
Gilgamesh puso alguna vez hacerse de un amigo, porque Enkidú no era ni más
fuerte ni más débil que el. Así funcionan las amistades verdaderas: sin envidia
y sin lástima, de otra manera no podría nunca funcionar.
Buena elección del lenguaje. Establece y mantiene un propósito claro.
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