Por Montserrat Mendoza Martínez
El canto número XV es titulado “Llegada de Telémaco a la majada de Eumeo”.
El capítulo empieza en que Atenea cree que ya es hora de que Telémaco
regrese a su tierra.
Por el momento, el está a gusto con la compañía del hijo de Néstor, en la
casa del buen Menelao.
Mediante un sueño la divina Atenea le comunica el mensaje, le dice que su
triste madre corre peligro con los pretendientes pero el que está en más
peligro es él mismo, pues los pretendientes quieren matarlo. La única forma en
la que se puede salvar es llegar a Ítaca discretamente y pernoctar en la casa
del hombre que cuida a los cerdos.
Inmediatamente Telémaco despertó a su amigo Pisístrato, le contó lo sucedido y
acordaron en que en la mañana saldrían de Esparta para regresar a sus
lugares de procedencia.
Ya de mañana, el Valiente Menelao y la bella Helena, como buenos
anfitriones. Despidieron a los dos muchachos con las siguientes palabras: “¡Nos
gloriamos de ser para siempre recíprocamente huéspedes el uno al otro,
por la amistada”. A parte de los buenos deseos, ellos les dieron hermosos
regalos como una vasija de plata y una creación bordada por las manos de
Helena, quien tuvo un presagio de que Odiseo volviera a Ítaca, de la misma
forma en que llega un águila a su nido.
Al llegar la noche se hospedaron en la morada de
Diocles. En la mañana continuaron su viaje hasta llegar a la ciudad de
Pilos.
Nestórida los recibió con cariño y después de convivir un rato, Telémaco subió a su embarcación para regresar a la isla de Ítaca.
Nestórida los recibió con cariño y después de convivir un rato, Telémaco subió a su embarcación para regresar a la isla de Ítaca.
Mientras tanto Odiseo y Eumeo se platican
historias. Él porquerizo relató su vida y sus orígenes, la historia le conmovió
el corazón a Odiseo. En la plática, Odiseo le pregunta de lo que ha pasado con
sus padres y el otro le contesta con la mala noticia de que su madre falleció y
que su padre aún vive con una tristeza terrible. Ya terminada la charla y a
punto de irse a dormir, llegó Telémaco a la casa del porquerizo, justo como se
lo recomendó Atenea.
Esta muy linda esta historia. Estoy de acuerdo con que los griegos son buenos anfitriones.
ResponderEliminarMe despierta la inquietud de saber mas acerca de esta gran historia...lo intentare...
ResponderEliminarHace tiempo yo leí esta maravillosa obra. Me trajo recuerdos que me llegaron profundo. Me alegra que por este medio puedas promover la lectura universal.
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