Una expresión que suele ir de la
mano d esta acción es “es hora de”. Los cambios de la vida están implícitos en
la vida misma. Nada perdura en el tiempo eternamente.
En muchas ocasiones, los cambios
nos liberan de ataduras, evidentes unas veces, invisibles otras veces. Son
oportunidades para el crecimiento.
El momento del cambio es, me
imagino, como estar en el ojo de huracán, una aparente calma y sosiego mientras
que alrededor todo vuela por los aires, y lo sabe quien lo vive.
Todos los días, al acostarnos,
nos pasa una película frenética de los momentos cumbres del "antes del
cambio", para luego dejar llegar, tras los esperados cortes comerciales la
siguiente película del futuro incierto, con las típicas escenas del "¿qué hubiera
pasado si me hubiese quedado tranquilo?”, “¿Qué hubiese pasado si no hubiera
hecho esto?”.
Así las mujeres de “La asamblea
de las mujeres” están hartas de la manera en la que están viviendo sus vidas,
entonces ellas dicen “es hora de hacer algo” es entonces cuando deciden entrar
a la asamblea en la que hay puros hombres para que todos tengan ls mismos
derechos y todo sea equitativo.
Cada una agarra ropa de sus
esposos, Praxágora quien es la que organiza todo, les dice a las mujeres lo que
deben de decir adentro de la asamblea, luego de tiempo de ensayar asisten a la
asamblea con el fin de provocar un cambio.
Y así fue que convencieron con su
exposición y tomaron el mando del pueblo.
Cual discurso dio un impacto a
los integrantes de la asamblea y dicho discurso fue algo así:
“La felicidad de este país me interesa
tanto como a ustedes, y me lastiman los
desórdenes de nuestra ciudad. La veo, en efecto, siempre gobernada por
detestables jefes, y considero que si uno llega a ser bueno un solo día, luego,
es malo otros diez días. ¿Quieren encomendar a otro el gobierno? De seguro que
será peor. Difícil es, ciudadanos, corregir ese nuestro descontentadizo humor,
que los hace temer a los que los aman y suplicar incesantemente a los que
detestan. Hubo un tiempo en que no teníamos asambleas y pensábamos que Agirrio
era un bribón; hoy que las tenemos, el que recibe dinero no tiene boca para
ponderarlas; mas el que nada recibe, juzga dignos de pena capital a los que
trafican con las públicas deliberaciones”.
Más
tarde todos los ciudadanos que tenían bienes según un nuevo decreto, tenían que
entregar todas sus pertenencias en Ágora donde allí se repartirían todos los
bienes y el dinero a partes iguales, algunos hombres como Cremes quería parar
esto pero no pudieron tuvieron que llevar todos sus bienes por miedo a las represalias
que pudieran tomar las mujeres contra ellos.
"Mientras
más evitas los cambios, más dificultas el proceso de crecimiento en tu
vida"
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