lunes, 2 de diciembre de 2013

Asamblea de las mujeres

Una expresión que suele ir de la mano d esta acción es “es hora de”. Los cambios de la vida están implícitos en la vida misma. Nada perdura en el tiempo eternamente. 
En muchas ocasiones, los cambios nos liberan de ataduras, evidentes unas veces, invisibles otras veces. Son oportunidades para el crecimiento.
El momento del cambio es, me imagino, como estar en el ojo de huracán, una aparente calma y sosiego mientras que alrededor todo vuela por los aires, y lo sabe quien lo vive.
Todos los días, al acostarnos, nos pasa una película frenética de los momentos cumbres del "antes del cambio", para luego dejar llegar, tras los esperados cortes comerciales la siguiente película del futuro incierto, con las típicas escenas del "¿qué hubiera pasado si me hubiese quedado tranquilo?”, “¿Qué hubiese pasado si no hubiera hecho esto?”.

Así las mujeres de “La asamblea de las mujeres” están hartas de la manera en la que están viviendo sus vidas, entonces ellas dicen “es hora de hacer algo” es entonces cuando deciden entrar a la asamblea en la que hay puros hombres para que todos tengan ls mismos derechos y todo sea equitativo.

Cada una agarra ropa de sus esposos, Praxágora quien es la que organiza todo, les dice a las mujeres lo que deben de decir adentro de la asamblea, luego de tiempo de ensayar asisten a la asamblea con el fin de provocar un cambio.
Y así fue que convencieron con su exposición y tomaron el mando del pueblo.
Cual discurso dio un impacto a los integrantes de la asamblea y dicho discurso fue algo así:
La felicidad de este país me interesa tanto como a ustedes, y me  lastiman los desórdenes de nuestra ciudad. La veo, en efecto, siempre gobernada por detestables jefes, y considero que si uno llega a ser bueno un solo día, luego, es malo otros diez días. ¿Quieren encomendar a otro el gobierno? De seguro que será peor. Difícil es, ciudadanos, corregir ese nuestro descontentadizo humor, que los hace temer a los que los aman y suplicar incesantemente a los que detestan. Hubo un tiempo en que no teníamos asambleas y pensábamos que Agirrio era un bribón; hoy que las tenemos, el que recibe dinero no tiene boca para ponderarlas; mas el que nada recibe, juzga dignos de pena capital a los que trafican con las públicas deliberaciones”.
Más tarde todos los ciudadanos que tenían bienes según un nuevo decreto, tenían que entregar todas sus pertenencias en Ágora donde allí se repartirían todos los bienes y el dinero a partes iguales, algunos hombres como Cremes quería parar esto pero no pudieron tuvieron que llevar todos sus bienes por miedo a las represalias que pudieran tomar las mujeres contra ellos.


"Mientras más evitas los cambios, más dificultas el proceso de crecimiento en tu vida"

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