Carolina Ayala Trigo
En los personajes protagónicos podemos encontrar la traición y los engaños,
como envuelven a los personajes secundarios y como encuentran castigo a sus
acciones por venganzas de las víctimas afectadas por ellos.
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Las 4
obras pertenecen al siglo de oro/barroco.
El Burlador De Sevilla
(Tirso de Molina)
La Verdad Sospechosa (Juan
Ruiz De Alarcón)
Amor Es Mas Laberinto
(Sor Juana Inés De La Cruz)
Fuente Ovejuna (Lope
De Vega)
En el “Burlador de
Sevilla” nuestro personaje principal es Don Juan Tenorio un joven español que
se dedicaba a burlarse del honor de las doncellas que se encontraba a su paso
haciéndoles creer que se iba a desposar con todas ellas o haciéndose pasar por
otras personas para conseguir su objetivo.
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Juan. Mataré la luz yo.
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Isabela. ¡Ah, cielo! ¿Quién eres, hombre?
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Juan. ¿Quién soy? Un hombre sin nombre.
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Isabela. ¿Qué no eres el duque?
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Juan. No.
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Isabela. ¡Ah de palacio!
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Juan. Detente. Dame, duquesa, la mano.
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Isabela.
No me detengas, villano. ¡Ah del rey! ¡Soldados, gente!
De Molina, Tirso. “El
burlador de Sevilla”. Edición PDF, Acto primero. Pág. 3.
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Coridón. Ea, llamad a Tisbea, y las zagalas llamad,
para que en la soledad el huésped la corte vea.
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Anfriso. ¡Tisbea, Lucindo, Antandra! No vi cosa más
cruel, triste y mísera de aquél que en su fuego es salamandra. Antes que el
baile empecemos, a Tisbea prevengamos.
De Molina, Tirso. “El
burlador de Sevilla”. Edición PDF, Acto primero. Pág. 41-42.
Al igual que Teseo en
la obra “Amor Es Mas Laberinto” quien también utiliza sus encantos para engañar
a las hermanas Ariadna y Fedra y
consigue que Ariadna le ayude a matar a su hermano el minotauro con la promesa
de que la iba a llevar con él.
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Fedra. Solo el príncipe ha quedado.
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Teseo. ¡Ay infelice de mí!
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Fedra. Si podré hablarle.
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…
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Ariadna. Con Teseo (¡qué dolor!) allí, Cintia, Fedra
está; escuchemos, que quizá será piedad y no amor.
De Santillana, Asbaje y Ramírez, Juana Inés.”Amor es más laberinto”,
Edición de Celsa Carmen García Valdés, Pág. 363, Jornada Primera.
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Ariadna. ¡Qué turbados pasos da mi confusión! ¡Qué
mucho, si va en mi culpa tropezando mi temor! Pero acá se acerca un bulto, si
no me engaña el horror de la noche; hablarle quiero…
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Teseo. ¡Vive Dios que está esperando a la puerta!
¿Qué valor al suyo iguala? Señora.
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Ariadna. ¿Quién es? (¡Ay de mí!)
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Teseo. Yo soy el que soy porque soy vuestro…
De Santillana, Asbaje
y Ramírez, Juana Inés.”Amor es más laberinto”, Edición de Celsa Carmen García
Valdés, Pág. 456, jornada tercera.
Por su parte, en
“Fuente Ovejuna” el engaño se da a todo un pueblo por parte del comendador Fernán Gómez quien era un hombre sin
escrúpulos y capaz de cualquier cosa por conseguir lo que deseaba incluyendo el
amor de Laurencia a la que quería poseer a toda costa a pesar de que ella
estaba profundamente enamorada de Frondoso y lo rechazara fehacientemente, sin
embargo, el ruin comendador consigue su propósito irrumpiendo en la boda de Laurencia y Frondoso, deteniéndolos y
aprovechando la situación para poseer a Laurencia a la fuerza.
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Comendador. No es malo venir siguiendo un corcillo
temeroso y topar tan bella gama.*
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Laurencia.
Aquí descansaba un poco de haber lavado unos paños y así, al arroyo me torno,
si manda su señoría.
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…
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Comendador. ¡Qué estilo tan enfadoso! Pongo la ballesta
en tierra… y a la práctica de manos reduzco melindres.
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Jacinta. ¡Cómo! ¿Eso hacéis? ¿Estás en vos?
De Vega, Lope. “Fuenteovejuna”, edición Brontes S.L. pág. 48, escena XI,
Acto primero.
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Jacinta. Míralo bien.
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Comendador.
Para tu mal lo he mirado. Ya no mía,
del bagaje* del ejército has de ser.
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Jacinta. No tiene el mundo poder para hacerme, viva,
ultraje.
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Comendador. Ea, villana, camina.
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Jacinta. ¡Piedad, señor!
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Comendador. Apelo tu crueldad a la justicia divina.
De Vega, Lope. “Fuenteovejuna”, edición Brontes S.L. pág. 68 escena XI,
Acto segundo.
En “La Verdad
Sospechosa” el personaje principal Don García es un mentiroso crónico, que
engaña hasta a su propio padre y a todo el mundo le inventa cosas fantásticas de
su vida que no existen.
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Don
García. Dichosamente se ha hecho;
persuadido el viejo va: ya del mentir no dirá que es sin gusto y sin provecho;
pues es tan notorio gusto el ver que me haya creído, y provecho haber huido de
casarme a mi disgusto.
De Alarcón, Ruiz,
Juan. “Sepan cuantos: La verdad sospechosa”, editorial Porrúa. Pág. 87, escena
X, Acto segundo.
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Tristán. Don Juan de Sosa.
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Don
García. ¿Quién? ¿Don Juan de Sosa?
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Tristán. Sí
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Don
García. Bien lo sabe.
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Tristán. Desde el día que te habló en la platería no
le he visto…
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Don
García. … Saqué un revés con tal
pujanza, que la falta de mi acero hizo allí muy poca falta; que abriéndole en
la cabeza un palmo de cuchillada…
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Tristán. ¡Qué suceso tan extraño! ¿Y si murió?
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Don
García. Cosa es clara, porque hasta los
mismos sesos esparció por la campaña.
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…
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(entra Don
Juan…)
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Tristán. Más ¿no es éste que viene aquí?
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Don
García. ¡Cosa extraña!
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Tristán. ¿También a mí me la pegas? ¿Al secretario
del alma?... (Aparte) Por Dios, que se lo creí, con conocedle las mañas. Más ¿a
quién no engañarán mentiras tan bien trovadas?
De Alarcón, Ruiz,
Juan. “Sepan cuantos: La verdad sospechosa”, editorial Porrúa. Pág.103, Escena
VII, Acto tercero.
Todos estos personajes
utilizan la mentira y el engaño como forma de vida en sus círculos sociales,
perjudicando y haciendo daño a toda la gente de su alrededor.
La sociedad de cada
época sufre de las burlas y traiciones de estos personajes por amor o por
inocencia, al grado de perder lo más sagrado que es el honor y la virtud,
cualidades que a estos desdeñables personajes les importa muy poco, pero
adentrándose en la trama nos daremos cuenta que todo se paga en esta vida ya
que todos habrán de recibir un castigo bien merecido.
Don Juan Tenorio
quizás es el personaje que encuentra el peor castigo, ya que es arrastrado a
los mismísimos infiernos por un hombre al cual diera muerte por defender el
honor de su hija (Don Gonzalo) quien regresa del más allá para cobrar venganza
después de que el mismo don Juan se burlara de él sobre su tumba invitándole a
cenar a su casa, ¡cuán grande fue la sorpresa de Don Juan! Que efectivamente
apareció en su casa (el muerto Don Gonzalo) y le regresó la invitación a cenar
en su tumba, Don Juan, burlón como siempre, aceptó la invitación sin saber que
le esperaba la más aterradora de las muertes, ahí terminó una vida llena de
engaños que hasta ese momento había llevado Don Juan Tenorio.
Por otro lado, Teseo
después de dejar llena de promesas a Ariadna se encontró en la desolación al
presenciar la muerte de su padre, sin
poder hacer nada, ante sus ojos su padre se quitaba su propia vida pensando que
su hijo había muerto al enfrentar al minotauro, ya que, el tiempo había
transcurrido y Teseo no daba señas de regresar, al encontrar su padre las velas
del barco de su propiedad aún negras (ya que Teseo había prometido cambiarlas
regresando de su viaje y olvidó esa promesa a su padre), lleno de desesperación
y angustia, su padre Egeo (Rey de Atenas) se aventó del acantilado más alto y
murió de forma instantánea en el mar que ahora lleva su nombre, así, llevó
Teseo, asesino de toros, a cuestas la muerte de su padre y siempre en sus
sueños, vivía en terribles pesadillas el recuerdo de la muerte del minotauro,
pero en estas, el minotauro aparecía con el rostro de su padre o de su madre.
Fernán Gómez, también
recibió un castigo ejemplar, este fue víctima del enojo y la frustración de
todo un pueblo que tenía sed de venganza ya que por tanto tiempo habían sido
maltratados, engañados, sobajados por el hombre más cruel que habían llegado a
conocer, un pueblo cansado de tantas vejaciones fue capaz de cometer el atroz
asesinato de un hombre despiadado y sin escrúpulos. Después de enterarse la
gente del pueblo del abuso hacia Laurencia por parte de Fernán Gómez, la gente
cansada, tomó la ley en sus manos, se armaron de lo que pudieron, liberaron a
Frondoso (el prometido de Laurencia) y se dirigieron al castillo donde habitaba
el comendador, el hombre lleno de terror vio como se introducían hasta sus
aposentos una turba furiosa de seres con los rostros transformados en odio y se
le abalanzaban a golpes hasta dejarlo sin vida a él, y a sus ayudantes, fue uno
de estos, que sobrevivió, quien dio aviso al rey de lo ocurrido en casa del
comendador, el rey por su parte mando detener a todo el pueblo para buscar al
causante de tal tragedia, sin embargo, el pueblo que estaba tan unido como
siempre, aunque fueron torturados y amenazados para que dieran un nombre en
específico, todos solo decían, “quien mató al comendador fue fuente ovejuna,
señor”.
Don García si bien
recibe un castigo menos cruel, es para toda la vida, ya que tiene que vivirla
con una mujer a la que no ama.
Después de haber
engañado a todo el mundo, el mismo fue víctima de la equivocación al confundir el nombre de la mujer que
robaría su corazón (Jacinta) por el de su amiga (Lucrecia), durante mucho
tiempo vivió pensando que Lucrecia era la mujer a la que amaba cuando en
realidad era Jacinta a la que él tenía en su corazón. Cansado de mentir e
inventar historias a todo el mundo, aceptó que de verdad amaba a Lucrecia,
emocionado fue a pedir su mano en matrimonio y su decepción fue tal al
enterarse de que no era Lucrecia quien el amaba sino a Jacinta y había estado
en un error al confundir sus nombres. Pero su dolor se acrecentó terriblemente
cuando se dio cuenta de que Jacinta amaba a otro hombre, el cual, también había
pedido su mano en matrimonio y esta había aceptado por lo cual Don García
habría d contraer nupcias con Lucrecia y ese sería un castigo para toda la vida
ya que no la amaba, dándose cuenta de que había sido víctima de lo que él tanto
había practicado, el engañar y mentir.
En todas estas
historias, se nos ha mostrado el lado obscuro del hombre por querer poseer o alcanzar el poder a costa de lo que
sea, y también nos habla de las historias de cómo la justicia llega de maneras
muy diversas pero siempre en el momento indicado, no todos los personajes
afectados por estos hombres lograron resarcir sus vidas:
Las doncellas burladas
por Don Juan Tenorio tuvieron la suerte de que se decretara que no había habido
abuso hacia sus personas y podrían casarse con sus respectivos pretendientes,
resarciéndoles así, el daño que les había ocasionado Don Juan.
Por otro lado Teseo se
volvió rey de Atenas y cargó con la muerte de su padre y la maldición de
Ariadna para toda la vida, sin embargo, aliviaba un poco su dolor el saber que
ya no s sacrificarían más doncellas y jóvenes al entregárselos al minotauro,
había detenido más muertes y había aprendido a cumplir con sus promesas de
ahora en adelante.
El pueblo de
Funteovejuna decidió olvidar el suceso y seguir con su vida, y aunque, sabían
que lo que habían hecho había sido un acto atroz, necesario tal vez, pero
atroz, tomaron la opción de ser un pueblo tan unido como siempre y vivir
tranquilos, pero también demostraron a las autoridades que no estaban
dispuestos a dejarse sobajar nunca más.
Don García al igual
que los otros personajes sufrió en carne propia su forma de vida y estuvo
condenado a vivir con una mujer a la que no amaba.
En síntesis, en todas
estas historias hemos encontrado moralejas, no se puede vivir engañando y
traicionando a los demás ni abusar de su debilidad ya que, tarde o temprano las
consecuencias llegarán para hacernos pagar por nuestros actos y de maneras
mucho más crueles, nadie puede vivir sin enfrentar las responsabilidades de su
forma de vida, debemos respetar y valorar la confianza que nos brindan los
seres de nuestro alrededor y hacernos dignos de ella, no traicionarla y menos aprovecharnos
de la bondad de la gente.
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