martes, 23 de septiembre de 2014

Luisa Engelfried Orozco


El comendador, Teseo, Don García y Don Juan utilizan su posición de poder para conseguir mujeres.

En la obra Fuente Ovejuna de Félix Lope de Vega y Carpo Fernán Gómez, el comendador, quien toma el poder al principio de la obra empieza a abusar de los habitantes de Fuente Ovejuna y trata de violar a Laurencia, pero ella es una mujer muy apasionada y decidida y Frondoso la salva pero el comendador jura venganza.


LAURENCIA:
Ésas, señor, ya tenían,
de haber andado con otros,
el camino de agradaros;
porque también muchos mozos
merecieron sus favores.
Id con Dios, tras vueso corzo; 
que a no veros con la cruz,
os tuviera por demonio,
pues tanto me perseguís.
COMENDADOR:
¡Qué estilo tan enfadoso!
Pongo la ballesta en tierra
y a la práctica de manos
reduzco melindres.
LAURENCIA:
¿Cómo?
¿Eso hacéis? ¿Estáis en vos?
Sale FRONDOSO y toma la ballesta
COMENDADOR:
No te defiendas.
FRONDOSO:
Si tomo
la ballesta ¡vive el cielo
que no la ponga en el hombro!
COMENDADOR:
Acaba, ríndete.
LAURENCIA:
¡Cielos, ayúdame agora!
COMENDADOR:
Solos estamos; no tengas miedo.
FRONDOSO:
Comendador generoso,
dejad la moza, o creed
que de mi agravio y enojo
será blanco vuestro pecho,
aunque la cruz me da asombro.
COMENDADOR:
¡Perro, villano!...
FRONDOSO:
No hay perro. Huye, Laurencia.
(…)
COMENDADOR:
Pues, ¿la espalda ha de volver
un hombre tan valeroso
a un villano? Tira, infame,
tira, y guárdate; que rompo
las leyes de caballero.

(Acto I – pág. 20-21)


El día de la boda de Laurencia y Frondoso Fernán Gómez interrumpe con la ayuda de criados y soldados, abusando de su poder y así consigue a la mujer que quería, y ordena que arresten a Frondoso y goza de Laurencia. En este punto sobrepasa la autoridad del alcalde Esteban, padre de Laurencia. Después se convoca una junta de varones en la villa y Laurencia de algún modo escapa del cautiverio y les reprocha a los varones por no haber tratado de salvarla, mayormente a su padre, y con determinación empieza a aumentar el coraje de su discurso con el que convence al pueblo de matar al comendador por todos los maltratos que ha hecho pasar al pueblo, recluta a todas las mujeres que han sido alguna vez agraviadas.


COMENDADOR:
Estése la boda queda
y no se alborote nadie.
JUAN ROJO:
No es juego aqueste, señor,
y basta que tú lo mandes.
¿Quieres lugar? ¿Cómo vienes
con tu belicoso alarde?
¿Venciste? Mas, ¿qué pregunto?
FRONDOSO:
¡Muerto soy! ¡Cielos, libradme!
LAURENCIA:
Huye por aquí, Frondoso.
COMENDADOR:
Eso no; prendedle, atadle.
JUAN ROJO:
Date, muchacho, a prisión.
FRONDOSO:
Pues ¿quieres tú que me maten?

(Acto II pág. 34-35)


Al final todo el pueblo mata al comendador y los reyes católicos al preguntar quién había cometido el agravia todo el pueblo decía que Fuente Ovejuna lo había matado y los reyes los perdonan.
En El Burlador de Sevilla de Tirso de Molina, Don Juan Tenorio el Burlador de Sevilla engaña a numerosas mujeres para poder gozar de ellas, y este es su poder; nunca salir culpable al quitarles la dignidad a estas mujeres y tener la habilidad para convencerlas.
Primero convence a la duquesa Isabela haciéndose pasar por el duque Octavio, Don Juan goza de ella y al momento que se da cuenta que no es él llama a los guardias y llega el rey, Don Pedro lo salva ya que este es su tío. El rey hace arrestar al duque Octavio pensando que él fue el responsable de la violación.


ISABELA:
¡Ah, cielo! ¿Quién eres, hombre?
JUAN:
¿Quién soy? Un hombre sin nombre.
ISABELA:
¿Que no eres el duque?
JUAN:
No.
ISABELA:
¡Ah de palacio!
JUAN:
Detente.
Dame, duquesa, la mano.
ISABELA:
No me detengas, villano.
¡Ah del rey! ¡Soldados, gente!
(Jornada Primera, pág. 151)



Después al hablar con el Marqués de la Mota este le cuenta sobre su prima Ana y pide conocerla, este le propone deshonrarla haciéndose pasar por Mota y este le presta una capa, después la gente reconoce la capa  y lo mandan matar.


JUAN:
¿Es hermosa?
MOTA:
Es extremada,
porque en doña Ana de Ulloa
se extremó Naturaleza.
JUAN:
¿Tan bella es esa mujer?
¡Vive Dios que la he de ver!
MOTA:
Veréis la mayor belleza
que los ojos del sol ven.
JUAN:
Casaos, si es tan extremada.
MOTA:
El rey la tiene casada
y no se sabe con quién.
(Jornada Segunda, pág. 171)


La última víctima de Don Juan Tenorio es Aminta, que es la prometida de Batracio y se casarán muy pronto. Se sienta  a lado de ella en la boda y consigue convencerla y promete casarse con ella, goza de ella y vuelve a huir.


JUAN:
Ahora bien, dame esa mano,
y esta voluntad confirma
con ella.
AMINTA:
¿Que no me engañas?
JUAN:
Mío el engaño sería.
AMINTA:
Pues jura que cumplirás
la palabra prometida.
JUAN:
Juro a esta mano, señora,
infierno de nieve fría,
de cumplirte la palabra.
AMINTA:
Jura a Dios, que te maldiga
si no la cumples.
JUAN:
Si acaso
la palabra y la fe mía
te faltare, ruego a Dios
que a traición y a alevosía,
me dé muerte un hombre muerto.
[(Que vivo, Dios no permita). Aparte]
AMINTA:
Pues con ese juramento
soy tu esposa.
(Jornada Tercera, Pág. 187)


Al final Don Juan Tenorio termina yéndose al infierno de la mano de un fantasma por haber deshonrado a todas estas mujeres.
En La Verdad Sospechosa de Juan Ruiz Alarcón, Don García es un galán con el poder de mentir muy fácilmente, lo que le trae muchos problemas a él y a su padre.
Don García llega a Madrid y su padre le regala un criado. Don Beltrán, padre de Don García, le pregunta al letrado que si su hijo tiene algún vicio este le dice que su único defecto es que miente demasiado y esto le iba a afectar al conseguir una esposa.  
Don García y su criado salen a la calle y ven a unas muchachas hermosas Jacinta, Lucrecia y su criada Isabel, Don García empieza a inventar un sinfín de mentiras para tratar de conquistar a una de ellas.


JACINTA:
¿Sois indiano?
GARCÍA:
Y tales son
mis riquezas, pues os vi,
que al minado Potosí
le quito la presunción.
TRISTÁN:
(¿Indiano?)
Aparte
JACINTA:
Y sois tan guardoso
¿Cómo la fama los hace?
GARCÍA:
Al que más avaro nace,
hace el amor dadivoso.
 JACINTA:
Luego, si decís verdad,
¿Preciosas ferias espero?
GARCÍA:
Si es que ha de dar el dinero
crédito a la voluntad,
serán pequeños empleos,
para mostrar lo que adoro,
daros tantos mundos de oro
como vos me dais deseos.
Mas ya que ni al merecer
de esa divina beldad,
ni a mi inmensa voluntad
ha de igualar el poder,
por lo menos os servid;
que esta tienda que os franqueo
dé señal de mi deseo.
(Acto I, Escena V, Pág. 69)


Lucrecia y Jacinta cambian numerosas veces de lugar y Don Beltrán hace un trato con el padre de Jacinta para que Don García y ella se casen. García  Pero después Sancho arregla que Jacinta se case con Don Juan y García le pide la mano al padre de Lucrecia pensando que era Jacinta y así termina casándose con la que no quería por la fuerza.


JUAN de S:
¿Adónde vais, don García?
Veis allí a Lucrecia hermosa.
GARCÍA:
¿Cómo Lucrecia?
BELTRÁN:
¿Qué es esto?
 A JACINTA
GARCÍA:
Vos sois mi dueño, señora.
BELTRÁN:
¿Otra tenemos?
GARCÍA:
Si el nombre
erré, no erré la persona.
Vos sois a quien yo he pedido,
y vos la que el alma adora.
(Acto III, Escena XIV, Pág. 108)


En Amor es más Laberinto de Juana de Asbaje y Ramírez de Santillán mejor conocida como Sor Juana Inés de la Cruz que en esta obra habla de un triángulo amoroso  basada en el mito del minotauro de la antigua Grecia. Aquí el poder de Teseo se encuentra en que el ama a Fedra pero no puede decidir entre ella y Ariadna quien lo salvo. Las dos están enamoradas de él y pelean por su amor.


FEDRA:
Vuestra Majestad dispense
el embozo, que el recato
hará que tenga el festejo
más libre el desembarazo.
ARIADNA:
Ceremonia es, más que adorno,
este disfraz tan usado,
vinculado a los festines
cortesanos de palacio.
MINOS:
Atender a vuestro gusto
será mi mayor agrado.
TESEO:
El mérito de esta dicha
lo hace grande vuestro aplauso.

(Jornada Segunda)


Teseo a diferencia de los personajes de las otras obras, no es “malo” si no que es todo un héroe al haber derrotado al minotauro y conservar su humildad. Al final Teseo desde su posición de poder decide casarse con Fedra y le deja la mano de Ariadna a Baco.


MINOS:
No prosigas.
Déle la mano, Arïadna
a Baco. Y tú, agradecida,
a Teseo.
FEDRA:
Ésta es mi mano,
príncipe.
TESEO:
Ya a recibirla,
el alma, que es vuestra, sale.
ARIADNA:
Y aquésta, Baco, la mía.
BACO:
En ella me dais, Señora,
todo el premio de mis dichas.
(Jornada Tercera)


















Bibliografías:
Lope de Vega y Carpo, Félix
Fuente Ovejuna (22° edición)
México: Editorial Porrúa
2013
Molina de, Tirso
El Burlador de Sevilla (15ª edición)
México: Editorial Porrúa
2010
Ruiz de Alarcón, Juan Ruiz
Cuatro Comedias: La Verdad Sospechosa (27° edición)
México: Editorial Porrúa
2011

De la Cruz, Sor Juana Inés
Obras Completas: Amor es Más Laberinto (24° edición)
México: Editorial Porrúa
2010

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