Por: Alejandra Padilla Alanis
Hipótesis:
“Cuando las mujeres se enamoran pierden la capacidad de distinguir a un hombre
honesto de un hombre falso.”
En la
antigüedad, la educación de las mujeres era diferente a la de la actualidad,
antes se pensaba que la mujer dependía del hombre, estaban enamoradas de la
idea del amor, las enseñaron a ser sumisas y gracias a todo esto, en varias
ocasiones eran hasta ingenuas ya que esta en su naturaleza buscar el amor.
Por la otra
parte, al hombre lo enseñaron a ser caballero; sin embargo en su naturaleza
siempre ha buscado dos cosas, las cuales son poder y sexo y encontró una manera
fácil de lograr obtenerlo mediante la falsedad.
La falsedad
es la falta de verdad de un individuo u objeto. Esta puede consistir en una
mentira, debido a que oculta una parte o toda la realidad.
Los hombres muchas veces solo engañan a las mujeres solo para gozar de ellas y tenerlas como
trofeos y esto me recuerda a un libro que escribió Tirso de Molina llamado el
Burlador de Sevilla “-Don García: … el
Burlador, y el mayor gusto que en mí puede haber es burlar una mujer y detalla
sin honor…” (el burlador de Sevilla, pag 172.), Don Juan era un experto
conquistando mujeres, ya que ya tenía practica en esas situaciones y lo hacia
mediante el habla. En el libro, Don Juan se encontraba en un accidente en el
mar y Tisbea, la pescadora, lo salva, como ella lo cuidaba y lo hospedaba y el
le daba a cambio atenciones, le dio falsas ilusiones y hasta le prometió
casarse con ella y claro que rompió su promesa y se fue en cuanto pudo. Otra
situación parecida fue al principio de este libro, cuando se encuentra con la
duquesa Isabela, el la engaño y le hablo mientras estaban en su recamara como
si fuera su esposo el duque Octavio y ella obviamente se sintió deshonrada ya
que tuvo que mentir sobre lo sucedido y como ya mencione antes, a las mujeres
de esa época las enseñaron a ser sumisas, es decir, a decir sí a todo, entonces
no era tan complicado para Don Juan hacerlo.
Como ya mencione antes, las
mujeres estaban enamoradas del concepto del amor y querían experimentar lo que
se siente y cuando llegaba el primer hombre y las halagaban obviamente ellas
aceptaban, desconociendo si todo lo que les decían era verdad o mentira.
Tenemos el ejemplo del libro de La Verdad
Sospechosa de Juan Ruiz de Alarcón cuando Don García se
presenta con las mujeres Jacinta, Lucrecia e Isabela y su intención era
impresionar a Jacinta para conquistarla mediante mentiras. (-Don García:”…cuando del indiano suelo por mi dicha llegué
aquí, la primer caso que vi fue la gloria de ese cielo; y aunque os entregué al
momento el alma, habéoslo ignorado, porque ocasión me ha fallado de deciros lo
que siento.” pag. 69)
Los hombres, también engañan por otras razones, para conseguir algo que
ellos desean. Porque es muy fácil convencer a una persona y sobre todo a una
mujer mediante seducciones y coqueteos ya que la mujer lo único que quiere es
que se fijen en ella y la hagan sentir especial y esta el claro ejemplo del
libro de Amor es más laberinto de Sor Juana Inés de la Cruz , Teseo desea matar al
minotauro pero necesita la ayuda de la hija del rey Minos de Creta, Ariadna ya
que ella tiene las herramientas necesarias para poder derrotarlo. Pero en
realidad Teseo, esta enamorado de Fedra pero finge amar a Ariadna y ella le
demuestra su amor, dándole la llave y un rollo de oro para que no se
perdiera en el laberinto donde se
encuentra el minotauro, al final se dio cuenta Ariadna del engaño y se termina
casando con Baco y Teseo se casa con Fedra, la mujer a la que amaba y se queda
como rey de Atenas.
Muchas veces, piensan los hombres
que se saldrán con la suya y nadie les reclamará nada ni se meterá en sus
caminos y podrán seguir haciendo lo que hacían hasta que ellos quieran pero en
realidad al final siempre tienen su castigo, como Don Juan en el burlador de
Sevilla, “… Dios te consiente y aguarda,
su castigo no se tarda, y que castigo ha de haber para los que profanáis su
nombre, que es juez fuerte Dios en la muerte. (pag 174)” Y es justo lo que
le pasó a Don Juan, al final del libro, después de haber engañado a todas las
mujeres que conocía, fue a conquistar a la mujer de Mota y como lo cacharon
gozando de Ana el papá, pensó Don Gonzalo que acabaría con Don Juan pero no
logró nada, al contrario Don Juan lo mata.
Al final Don Gonzalo, se le aparece a Don Juan y lo invita a cenar y ya
en la cena, le dice que tiene que pagar por todo el dolor que causo y se lo
lleva al infierno.
A los hombres falsos no se les complica hablar, se las ingenuan para
mentir, se inventan una historia y le van agregando sucesos para que sea más
compleja. Para ellos no existe el valor de la palabra, ni de las promesas, ni
de los juramentos ya que para ellos romper su palabra no es nada y ni les
importa. No tienen palabra.
Pero también existe el hombre honesto, que expresa sus sentimientos y son
verdaderos, que no busca nada más a cambio, más que amor de su amada, que daría
lo que fuera por ella para que sea feliz, aunque esa felicidad no implica que
estén juntos. El hombre honesto siempre va a ver por el bien de su amada, no le
mentira, la respetará y la hará sentir la mujer más especial del mundo. Y esto
es lo que sucede en el libro de Fuente Ovejuna del autor Félix Lope de Vega y
Carpio, “Frondoso:… tal me tienen tus
desdenes, bella Laurencia, que tomo, en el peligro de verte, la vida, cuando te
oigo. Si sabes que es mi intención el desear ser tu esposo, mal premio das a mi
fe. (pag 20)”
Fuente
Ovejuna, El Burlador de Sevilla, La Verdad Sospechosa y Amor más
laberinto son libros de literatura barroca y sus temas son la muerte, la
insatisfacción y la soledad, la apariencia engañosa de las cosas y el
sentimiento amoroso vivido de forma desgarradora y nos damos cuenta que todas
estos temas aparecen en todos los libros de alguna u otro manera y en algunos
se nota más.
En la
actualidad, muchos de los pensamientos que invadían las mentes de las mujeres
de la época del Barroco son iguales a los pensamientos de la mujer actual.
Muchas veces las mujeres solo queremos tener a alguien a nuestro lado, que ni
siquiera nos tomamos la molestia de conocerlo por mucho tiempo, conocer de su
persona, de sus vivencias, de su personalidad, entre otras cosas y somos
sumisas, muchas veces.
Y por lo
mismo, ni siquiera sabemos que intenciones tiene el hombre cuando trata de
acercarse a una mujer, ya que normalmente, lastima a la mujer y no le importa
al final de todo.
Cuando nos
enamoramos, perdemos la capacidad de distinguir quien es un hombre serio, con
valores, que no juegue con las mujeres y que no nos trate como una persona sin
sentimientos, pues nos cegamos o no queremos ver como en verdad es esa persona.
Y cuando
estamos fuera de ese marco y vemos una situación parecida nos damos cuenta de
inmediato si vale la pena o no.
Obviamente
existen los hombres buenos, pero lo más curioso de las mujeres es que nos gusta
sufrir, nos gusta que sean unos patanes, nos llama la atención porque a veces
un hombre muy dulce o muy tierno, nos cansa demasiado rápido.
Sor Juana
Inés de la Cruz ,
en todas sus obras habla de los hombres y los describe como unos seres humanos
sin sentimientos pero en uno de sus poemas explica que a las mujeres nos gusta
el sufrimiento y mientras más nos lastimen más seguiremos pensando en ellos.
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