martes, 23 de septiembre de 2014

Falsedad

Por: Alejandra Padilla Alanis


Hipótesis: “Cuando las mujeres se enamoran pierden la capacidad de distinguir a un hombre honesto de un hombre falso.”



En la antigüedad, la educación de las mujeres era diferente a la de la actualidad, antes se pensaba que la mujer dependía del hombre, estaban enamoradas de la idea del amor, las enseñaron a ser sumisas y gracias a todo esto, en varias ocasiones eran hasta ingenuas ya que esta en su naturaleza buscar el amor.
Por la otra parte, al hombre lo enseñaron a ser caballero; sin embargo en su naturaleza siempre ha buscado dos cosas, las cuales son poder y sexo y encontró una manera fácil de lograr obtenerlo mediante la falsedad.

La falsedad es la falta de verdad de un individuo u objeto. Esta puede consistir en una mentira, debido a que oculta una parte o toda la realidad.

Los hombres muchas veces solo engañan a las mujeres  solo para gozar de ellas y tenerlas como trofeos y esto me recuerda a un libro que escribió Tirso de Molina llamado el Burlador de Sevilla “-Don García: … el Burlador, y el mayor gusto que en mí puede haber es burlar una mujer y detalla sin honor…” (el burlador de Sevilla, pag 172.), Don Juan era un experto conquistando mujeres, ya que ya tenía practica en esas situaciones y lo hacia mediante el habla. En el libro, Don Juan se encontraba en un accidente en el mar y Tisbea, la pescadora, lo salva, como ella lo cuidaba y lo hospedaba y el le daba a cambio atenciones, le dio falsas ilusiones y hasta le prometió casarse con ella y claro que rompió su promesa y se fue en cuanto pudo. Otra situación parecida fue al principio de este libro, cuando se encuentra con la duquesa Isabela, el la engaño y le hablo mientras estaban en su recamara como si fuera su esposo el duque Octavio y ella obviamente se sintió deshonrada ya que tuvo que mentir sobre lo sucedido y como ya mencione antes, a las mujeres de esa época las enseñaron a ser sumisas, es decir, a decir sí a todo, entonces no era tan complicado para Don Juan hacerlo.

 Como ya mencione antes, las mujeres estaban enamoradas del concepto del amor y querían experimentar lo que se siente y cuando llegaba el primer hombre y las halagaban obviamente ellas aceptaban, desconociendo si todo lo que les decían era verdad o mentira. Tenemos el ejemplo del libro de La Verdad Sospechosa de Juan Ruiz de Alarcón cuando Don García se presenta con las mujeres Jacinta, Lucrecia e Isabela y su intención era impresionar a Jacinta para conquistarla mediante mentiras. (-Don García:”…cuando del indiano suelo por mi dicha llegué aquí, la primer caso que vi fue la gloria de ese cielo; y aunque os entregué al momento el alma, habéoslo ignorado, porque ocasión me ha fallado de deciros lo que siento.” pag. 69)

Los hombres, también engañan por otras razones, para conseguir algo que ellos desean. Porque es muy fácil convencer a una persona y sobre todo a una mujer mediante seducciones y coqueteos ya que la mujer lo único que quiere es que se fijen en ella y la hagan sentir especial y esta el claro ejemplo del libro de Amor es más laberinto de Sor Juana Inés de la Cruz, Teseo desea matar al minotauro pero necesita la ayuda de la hija del rey Minos de Creta, Ariadna ya que ella tiene las herramientas necesarias para poder derrotarlo. Pero en realidad Teseo, esta enamorado de Fedra pero finge amar a Ariadna y ella le demuestra su amor, dándole la llave y un rollo de oro para que no se perdiera  en el laberinto donde se encuentra el minotauro, al final se dio cuenta Ariadna del engaño y se termina casando con Baco y Teseo se casa con Fedra, la mujer a la que amaba y se queda como rey de Atenas.

Muchas veces, piensan  los hombres que se saldrán con la suya y nadie les reclamará nada ni se meterá en sus caminos y podrán seguir haciendo lo que hacían hasta que ellos quieran pero en realidad al final siempre tienen su castigo, como Don Juan en el burlador de Sevilla, “… Dios te consiente y aguarda, su castigo no se tarda, y que castigo ha de haber para los que profanáis su nombre, que es juez fuerte Dios en la muerte. (pag 174)” Y es justo lo que le pasó a Don Juan, al final del libro, después de haber engañado a todas las mujeres que conocía, fue a conquistar a la mujer de Mota y como lo cacharon gozando de Ana el papá, pensó Don Gonzalo que acabaría con Don Juan pero no logró nada, al contrario Don Juan lo mata.
Al final Don Gonzalo, se le aparece a Don Juan y lo invita a cenar y ya en la cena, le dice que tiene que pagar por todo el dolor que causo y se lo lleva al infierno.

A los hombres falsos no se les complica hablar, se las ingenuan para mentir, se inventan una historia y le van agregando sucesos para que sea más compleja. Para ellos no existe el valor de la palabra, ni de las promesas, ni de los juramentos ya que para ellos romper su palabra no es nada y ni les importa. No tienen palabra.

Pero también existe el hombre honesto, que expresa sus sentimientos y son verdaderos, que no busca nada más a cambio, más que amor de su amada, que daría lo que fuera por ella para que sea feliz, aunque esa felicidad no implica que estén juntos. El hombre honesto siempre va a ver por el bien de su amada, no le mentira, la respetará y la hará sentir la mujer más especial del mundo. Y esto es lo que sucede en el libro de Fuente Ovejuna del autor Félix Lope de Vega y Carpio, “Frondoso:… tal me tienen tus desdenes, bella Laurencia, que tomo, en el peligro de verte, la vida, cuando te oigo. Si sabes que es mi intención el desear ser tu esposo, mal premio das a mi fe. (pag 20)”


Fuente Ovejuna, El Burlador de Sevilla, La Verdad Sospechosa y Amor más laberinto son libros de literatura barroca y sus temas son la muerte, la insatisfacción y la soledad, la apariencia engañosa de las cosas y el sentimiento amoroso vivido de forma desgarradora y nos damos cuenta que todas estos temas aparecen en todos los libros de alguna u otro manera y en algunos se nota más.


En la actualidad, muchos de los pensamientos que invadían las mentes de las mujeres de la época del Barroco son iguales a los pensamientos de la mujer actual. Muchas veces las mujeres solo queremos tener a alguien a nuestro lado, que ni siquiera nos tomamos la molestia de conocerlo por mucho tiempo, conocer de su persona, de sus vivencias, de su personalidad, entre otras cosas y somos sumisas, muchas veces.

Y por lo mismo, ni siquiera sabemos que intenciones tiene el hombre cuando trata de acercarse a una mujer, ya que normalmente, lastima a la mujer y no le importa al final de todo.

Cuando nos enamoramos, perdemos la capacidad de distinguir quien es un hombre serio, con valores, que no juegue con las mujeres y que no nos trate como una persona sin sentimientos, pues nos cegamos o no queremos ver como en verdad es esa persona.
Y cuando estamos fuera de ese marco y vemos una situación parecida nos damos cuenta de inmediato si vale la pena o no.

Obviamente existen los hombres buenos, pero lo más curioso de las mujeres es que nos gusta sufrir, nos gusta que sean unos patanes, nos llama la atención porque a veces un hombre muy dulce o muy tierno, nos cansa demasiado rápido.
Sor Juana Inés de la Cruz, en todas sus obras habla de los hombres y los describe como unos seres humanos sin sentimientos pero en uno de sus poemas explica que a las mujeres nos gusta el sufrimiento y mientras más nos lastimen más seguiremos pensando en ellos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario